El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encuentra en proceso de recuperación tras haber sido sometido a una prostatectomía el pasado domingo. Según un comunicado de su oficina, la intervención quirúrgica se realizó sin complicaciones y Netanyahu, de 75 años, se encuentra en buen estado de salud y completamente consciente.
La cirugía fue necesaria debido a una infección del tracto urinario provocada por un agrandamiento benigno de la próstata, un problema que Netanyahu ha padecido durante más de una década. En 2014, el primer ministro ya había recibido tratamiento por esta afección, aunque los detalles de esos procedimientos se mantuvieron en secreto durante un tiempo considerable, incluyendo visitas nocturnas al hospital con disfraces y vehículos de engaño.
Contexto de la situación actual
Netanyahu fue trasladado a una sala de hospital subterránea en Jerusalén, en un contexto de creciente tensión debido a la guerra en curso entre Israel y Hamas. Esta medida se ha tomado ante el temor de que el primer ministro pueda ser blanco de ataques con cohetes o misiles.
La cirugía ha obligado a cancelar su comparecencia en un juicio por corrupción que estaba programada para la semana pasada. Netanyahu enfrenta cargos de fraude, soborno y abuso de confianza en tres casos distintos, presentados en 2019. Su juicio, que comenzó en mayo de 2020, ha sufrido múltiples retrasos, primero por la pandemia de Covid-19 y más recientemente por el conflicto en Gaza.
A pesar de las acusaciones en su contra, Netanyahu ha mantenido su inocencia, argumentando que las imputaciones son parte de una caza de brujas política destinada a despojarlo de su cargo. Este enfoque ha resonado en un sector de la opinión pública israelí, que ve en las acusaciones un intento de desestabilizar su gobierno.
La situación de Netanyahu, tanto en el ámbito personal como político, sigue siendo objeto de atención tanto en Israel como en el extranjero, en un momento en que el país enfrenta desafíos significativos en varios frentes.
