Las fuerzas estadounidenses han llevado a cabo una serie de bombardeos en la capital yemení de Sana’a, dirigidos contra lo que el Pentágono ha calificado como objetivos militares de los hutíes. Esta escalada de ataques aéreos se produce tras el lanzamiento de un misil balístico por parte de este grupo hacia Israel a principios de este mes, lo que ha llevado a un aumento en la actividad militar de Estados Unidos y Reino Unido en la región.
Los ataques, que tuvieron lugar el lunes y martes, involucraron tanto a buques como a aeronaves estadounidenses, según un comunicado de mando del Centro de Comando de Estados Unidos en Medio Oriente (CENTCOM). Los objetivos de los bombardeos incluían un centro de mando y control hutí, plantas de producción de armas y depósitos de municiones. Además, se llevaron a cabo ataques adicionales contra un sitio de radar costero y siete misiles de crucero hutíes en el Mar Rojo.
Imágenes de video compartidas por el medio iraní PressTV mostraron humo elevándose de varios lugares impactados en Sana’a. Desde octubre del año pasado, las fuerzas estadounidenses y británicas han estado realizando ataques esporádicos contra objetivos hutíes, en respuesta a los ataques de los militantes yemeníes contra embarcaciones vinculadas a Israel en el Mar Rojo, en el contexto del conflicto entre Israel y Hamas en Gaza.
Escalada de tensiones en la región
La situación se intensificó la semana pasada cuando los hutíes lanzaron otro misil balístico hacia Tel Aviv, apuntando al aeropuerto Ben Gurion. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) afirmaron que el misil fue interceptado antes de alcanzar su objetivo. En respuesta a estos ataques, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que había instruido a las IDF para que destruyeran «la infraestructura de los hutíes» con «toda la fuerza».
A pesar de los ataques aéreos israelíes, un portavoz de los hutíes anunció que intensificarían su «objetivo militar contra Israel… hasta que cesen los crímenes genocidas y el asedio a Gaza». Los hutíes, oficialmente conocidos como el movimiento Ansar Allah, controlan actualmente aproximadamente un tercio de Yemen, incluyendo Sana’a y casi toda la costa occidental del país. Este grupo ha emergido como la facción militar dominante en el contexto de la guerra civil que asola Yemen desde hace años.
