El presidente yemení, Rashad al-Alimi, ha aprobado la sentencia de muerte para Nimisha Priya, una enfermera de 36 años originaria de India, condenada por el asesinato de su socio comercial, Talal Abdo Mahdi, en 2017. La ejecución de la sentencia está programada para llevarse a cabo en el plazo de un mes, lo que ha generado una creciente preocupación tanto en India como entre la diáspora india en el extranjero.
Nimisha Priya, natural de Palakkad, en el estado de Kerala, había trabajado en Yemen desde 2009. Su condena se produjo tras un conflicto con Mahdi, que, según su familia, se originó en su oposición a supuestos intentos de este de malversar fondos. Priya fue arrestada mientras intentaba abandonar el país y fue condenada en 2018. En 2020, un tribunal de Sanaa dictó la pena capital, que fue confirmada por el Consejo Supremo Judicial de Yemen en noviembre de 2023, aunque se dejó abierta la posibilidad de un indulto a cambio de ‘diya’, o compensación económica bajo la ley islámica.
Reacción del Gobierno Indio y la Comunidad de Kerala
El Ministerio de Asuntos Exteriores de India ha manifestado su conocimiento sobre la sentencia y ha indicado que está proporcionando toda la ayuda posible a la familia de Priya. La familia ha estado explorando opciones para obtener un indulto, incluyendo la posibilidad de negociar el pago de la compensación a la familia de la víctima.
Un grupo internacional de malayalis, conocido como el Consejo Internacional de Acción para Salvar a Nimisha Priya (SNPIAC), ha recaudado $40,000 para facilitar las negociaciones con líderes tribales yemeníes. Sin embargo, las conversaciones han enfrentado obstáculos, y algunos miembros de la comunidad han expresado su frustración ante la falta de progreso, señalando que las decisiones sobre ejecuciones a menudo están influenciadas por grupos étnicos específicos.
El miembro de la Asamblea Legislativa de Kerala, K Babu, ha declarado que, a pesar de los esfuerzos realizados, las negociaciones han llegado a un punto muerto, lo que ha llevado a la comunidad a sentir que sus esfuerzos por salvar la vida de Priya han sido en vano. La situación ha puesto de relieve las complejidades del sistema judicial yemení y las dificultades que enfrentan los extranjeros en casos legales en el país.
La historia de Nimisha Priya resalta no solo los desafíos legales y humanitarios que enfrenta, sino también la importancia de la solidaridad dentro de la diáspora india, que ha movilizado recursos y apoyo en un intento por revertir una sentencia que muchos consideran injusta.