Las celebraciones de la Nochevieja en Alemania han quedado marcadas por una ola de violencia y accidentes relacionados con fuegos artificiales, que han resultado en cinco muertes, decenas de heridos y cientos de arrestos. La situación se tornó caótica, con ataques a agentes de policía y bomberos durante las festividades.
En Berlín, los servicios de emergencia reportaron un nivel de violencia sin precedentes, con los trabajadores de emergencias siendo blanco de fuegos artificiales y otros dispositivos pirotécnicos. Durante la noche, los bomberos atendieron 1.892 incidentes y se documentaron al menos 13 ataques contra ellos. La policía de Berlín detuvo a 330 personas, y un oficial resultó gravemente herido por lo que las autoridades sospechan que fue un artefacto pirotécnico ilegal. Este agente tuvo que ser operado, mientras que otros sufrieron agresiones al intentar controlar a las multitudes descontroladas.
La violencia no se limitó a Berlín. En Leipzig, los disturbios incluyeron la quema de barricadas y el lanzamiento de fuegos artificiales y botellas hacia la policía por parte de aproximadamente 50 individuos. En Colonia, dos agentes resultaron heridos por petardos, y Hamburgo también experimentó altercados similares. Un incidente particularmente inquietante tuvo lugar en Bonn, donde un grupo de adolescentes disparó un cohete contra un hombre sin hogar que dormía, grabando el acto con sus teléfonos móviles.
En Múnich, un gran incendio en un edificio de apartamentos fue causado por un fuego artificial mal manejado, que se extendió desde un balcón a otros pisos. Entre los heridos se encontraba un niño de 14 años que perdió parte de su mano, así como dos niños más pequeños que sufrieron quemaduras.
Entre las víctimas fatales se encontraban dos personas en Sajonia, incluido un hombre de 45 años que perdió la vida mientras manipulaba un artefacto pirotécnico casero conocido como “Kugelbomben”. Los fuegos artificiales ilegales y artesanales fueron identificados como factores significativos en el aumento de las víctimas, con hospitales en todo el país atendiendo casos de quemaduras, lesiones faciales y daños auditivos.
Reacciones y Debate sobre la Seguridad Pública
La Ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, elogió los esfuerzos de los servicios de emergencia y subrayó la importancia de una acción temprana y decisiva contra los perpetradores de la violencia. En Berlín, se desplegaron más de 1.500 trabajadores de emergencia para hacer frente a los desafíos de la noche.
Este clima de violencia ha reavivado el debate sobre el uso privado de fuegos artificiales en Alemania. Organizaciones de seguridad pública y medioambientales, como Deutsche Umwelthilfe, han reiterado sus llamados a una prohibición nacional, describiendo la Nochevieja como “una noche de horror para innumerables personas.” Sin embargo, la Asociación Alemana de Pirotecnia (BVPK) se opone a esta medida, enfatizando la necesidad de distinguir entre fuegos artificiales legales y regulados y explosivos caseros peligrosos.
Jochen Kopelke, presidente del sindicato policial, destacó que los fuegos artificiales no deberían poner en peligro vidas, afirmando: “Demasiados muertos, demasiados heridos, demasiada policía desplegada.” Por su parte, Christine Behle, vicepresidenta del sindicato de primeros respondedores, condenó los ataques, afirmando que la violencia contra el personal de emergencia nunca debería ser aceptada como un riesgo laboral.