En el hemisferio norte, el invierno comienza oficialmente en diciembre, aunque en muchas regiones es en enero cuando realmente se establece. La científica atmosférica Deanna Hence explica los factores climáticos y meteorológicos que se combinan para producir condiciones invernales en esta época del año.
Influencia de la órbita terrestre en el clima y la luz solar
La Tierra, al orbitar alrededor del Sol, gira sobre un eje imaginario que va del Polo Norte al Polo Sur. Durante las 24 horas que tarda en realizar una rotación completa, cada punto de su superficie se enfrenta al Sol en diferentes momentos, lo que provoca cambios diarios en la luz solar y la temperatura. La forma esférica de la Tierra, aunque no es perfectamente esférica, y la inclinación de su eje, de aproximadamente 23.5 grados respecto a su órbita, son factores esenciales a considerar. Esta inclinación provoca que la luz solar incida directamente en el ecuador, mientras que en los polos la incidencia es en ángulo, lo que resulta en variaciones estacionales significativas.
Durante el verano, un hemisferio recibe luz solar durante las 24 horas, mientras que en invierno, el sol no sale en absoluto. En contraste, el ecuador experimenta muy poco cambio en la duración del día o la temperatura a lo largo del año. De este modo, las percepciones sobre las estaciones varían considerablemente entre quienes viven en latitudes bajas y aquellos que residen cerca de los polos.
Cambios de temperatura en pleno invierno
A pesar de que los días se alargan en enero, es común que las temperaturas continúen bajando. Esto se debe a la interacción entre la energía solar absorbida por la superficie terrestre y la cantidad de calor que se irradia al espacio. La variabilidad climática está influenciada por la rápida capacidad de calentamiento y enfriamiento de la tierra en comparación con el agua, que actúa como un mejor reservorio térmico. Por lo tanto, las áreas más alejadas del ecuador experimentan cambios de temperatura más abruptos, especialmente si el aire que las atraviesa proviene de regiones frías.
En el hemisferio sur, en este momento, se encuentra en pleno verano, disfrutando de las mayores horas de luz del año. Sin embargo, es importante señalar que el hemisferio sur tiene una mayor proporción de agua en comparación con el norte, lo que provoca que las temperaturas extremas sean menos comunes. Así, aunque en la parte opuesta del planeta se reciba la misma cantidad de luz solar que en los meses de verano del hemisferio norte, las condiciones climáticas pueden ser muy diferentes debido a la influencia moderadora de los océanos.