Recientemente, se ha informado que la administración del presidente Joe Biden llevó a cabo una reunión de alto nivel para discutir posibles acciones militares de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares de Irán. Según diversas fuentes citadas por Axios, estas conversaciones fueron parte de una planificación de contingencia ante la posibilidad de que Irán se acerque al desarrollo de armas nucleares antes de que Biden deje el cargo el 20 de enero.
Durante esta reunión, el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, presentó varias opciones al presidente, aunque este no ha autorizado ninguna acción y actualmente no se están llevando a cabo discusiones activas sobre ataques militares. Un funcionario estadounidense, que habló de manera anónima, aclaró que la reunión no fue provocada por nueva información de inteligencia, sino que tenía como objetivo evaluar una “planificación prudente de escenarios” en caso de que Irán enriqueciera uranio a niveles de armamento.
Contexto Geopolítico y Estrategias de Intervención
Los asesores de Biden discutieron si la situación en Oriente Medio justificaba una intervención o si ofrecía al presidente un “imperativo y una oportunidad para atacar”. A pesar de algunos argumentos internos que favorecían un ataque rápido mientras las defensas iraníes y su influencia regional están debilitadas, no se hizo ninguna recomendación, según el funcionario estadounidense.
Por su parte, Israel también considera que Irán está “aislado” tras la destitución de Bashar Assad en Siria, y que su principal aliado en la región, Hezbollah, ha sido significativamente debilitado por la reciente ofensiva del IDF. Esto podría llevar a Irán a acelerar su programa nuclear, creando una ventana de oportunidad para un ataque preventivo israelí, según el Times of Israel.
El jueves, el gobierno iraní reiteró su postura de perseguir una energía nuclear pacífica, al tiempo que se mostró abierto a nuevas negociaciones, siempre y cuando Teherán sea tratado con “respeto”, según el ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi. Este diplomático advirtió que las sanciones no funcionarían con la República Islámica, refiriéndose particularmente a la política de “máxima presión” empleada por Estados Unidos durante el primer mandato de Donald Trump.
Araghchi afirmó: “Cuanto más impongan sanciones y presión sobre Irán, más resistencia mostrará Irán”, instando a las naciones occidentales a tratar a su país con dignidad. “Si optan por negociaciones justas, equitativas y dignas y hablan con un lenguaje de respeto, responderemos de la misma manera”.
Irán ha negado durante mucho tiempo tener ambiciones de desarrollar armas nucleares, manteniendo que sus actividades nucleares tienen fines civiles. En 2015, la República Islámica alcanzó un acuerdo nuclear con las potencias mundiales, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), que limitaba el programa nuclear de Irán a cambio de un alivio parcial de las sanciones. Sin embargo, en 2018, Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo bajo la administración de Trump. Desde entonces, Irán ha intensificado sus capacidades de enriquecimiento, y los esfuerzos por revivir el acuerdo han fracasado hasta el momento. El mes pasado, el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, declaró que Irán estaba “acelerando dramáticamente” su enriquecimiento de uranio hasta niveles del 60%, calificando este desarrollo como “muy preocupante”.