Blake Lively y Justin Baldoni se encuentran en medio de una disputa legal que ha dejado a los seguidores de su exitosa película It Ends With Us preguntándose sobre las implicaciones para una posible secuela. La adaptación cinematográfica de la novela más vendida de Colleen Hoover fue un éxito en taquilla durante el verano y ha tenido un notable rendimiento en plataformas de streaming. Sin embargo, las demandas cruzadas entre Lively y Baldoni confirman que ambos actores no volverán a trabajar juntos.
Baldoni, a través de su productora Wayfarer Studios, adquirió en 2019 los derechos para adaptar la obra de Hoover. Durante la promoción de la película, la autora recordó cómo Baldoni se puso en contacto con ella, expresando su admiración por el libro y su deseo de dirigir la película. Aunque inicialmente no se le había asignado el papel de Ryle Kincaid, el interés de Baldoni por interpretar al complicado interés amoroso del personaje de Lively fue en aumento, a pesar de sus dudas iniciales sobre su capacidad para desempeñar múltiples roles.
La situación se complicó cuando surgieron rumores sobre un conflicto entre Lively y Baldoni en agosto. Según fuentes, la secuela, titulada It Starts With Us, ahora se encuentra en una zona incierta. Existen informes que sugieren que Baldoni, quien también posee los derechos de la secuela, no desea dirigirla, lo que podría complicar su desarrollo. Es un terreno inexplorado, y no parece haber una posibilidad de que Lively y Baldoni colaboren nuevamente.
Lively ha presentado una demanda contra Baldoni por acoso sexual, conducta indebida y represalias, acusaciones que él niega y que han llevado a Baldoni a considerar contrademandar. Baldoni ha demandado al New York Times por 250 millones de dólares, alegando que la cobertura de la denuncia de Lively fue perjudicial para su reputación. Ambos actores han intercambiado acusaciones sobre campañas de desprestigio orquestadas por sus respectivos equipos de prensa.
A pesar de la controversia, It Ends With Us ha tenido un rendimiento impresionante, recaudando más de 350 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 25 millones. Desde su estreno en Netflix, la película se ha mantenido entre las diez más populares en Estados Unidos. Sin embargo, las tensiones entre los protagonistas y sus diferencias creativas sobre el montaje final de la película han puesto en duda el futuro de la secuela.
Sony Pictures, que distribuye la película, ha expresado su apoyo a Lively, destacando su dedicación a la causa del maltrato doméstico y su compromiso con el proyecto. A pesar de los problemas internos, la compañía ha reafirmado su deseo de continuar trabajando con ella en futuros proyectos.
