El 1 de enero de 2025, un Tesla Cybertruck cargado de fuegos artificiales, tanques de gas y combustible para camping explotó frente al hotel Trump International en Las Vegas, causando heridas leves a siete transeúntes y generando una alarma inicial entre las autoridades federales, que lo consideraron un posible acto terrorista. El conductor del vehículo, el sargento mayor del Ejército de EE. UU. Matthew Livelsberger, de 37 años, fue encontrado muerto en el interior del mismo. Recientemente, se han hecho públicas cartas halladas en su teléfono móvil que revelan sus motivaciones y frustraciones personales.
Un «llamado de atención» a la sociedad estadounidense
Livelsberger, un miembro altamente condecorado de las Fuerzas Especiales, había servido en múltiples despliegues en Afganistán, Tayikistán, Georgia, Congo y, supuestamente, Ucrania. En sus escritos, el exmilitar dejó claro que su acción no era un ataque terrorista, sino un intento de provocar una reflexión en la sociedad estadounidense. En una de sus cartas, afirmó: “Esto no fue un ataque terrorista, fue un llamado de atención. Los estadounidenses solo prestan atención a los espectáculos y la violencia. ¿Qué mejor manera de transmitir mi mensaje que con un espectáculo de fuegos artificiales y explosivos?”
Livelsberger expresó su profunda frustración con diversos problemas sociales, como la obesidad, la desigualdad de ingresos, la falta de liderazgo y la corrupción. En sus misivas, criticó la obsesión por la diversidad y la inclusión, describiendo estas iniciativas como un “cáncer” que afecta a la sociedad. También hizo un llamado a sus compañeros militares y a los ciudadanos para que se unieran en un esfuerzo por “purificar” el país de lo que él consideraba males que lo aquejan.
El sargento mayor también abordó temas de política internacional, sugiriendo que se debía poner fin a la guerra en Ucrania mediante un acuerdo negociado, y advirtió sobre la preparación de la población ante posibles conflictos con potencias como China, Rusia, Corea del Norte e Irán. En sus cartas, Livelsberger mostró signos de haber estado lidiando con el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y problemas personales, incluyendo una reciente separación de su esposa.
Las circunstancias de su muerte, que incluyeron un aparente suicidio antes de detonar el vehículo, han llevado a los investigadores a ser cautelosos al interpretar sus escritos como una motivación definitiva para sus acciones. Sin embargo, el caso ha puesto de relieve la compleja intersección entre la salud mental, la política y la sociedad en Estados Unidos, un país que, según Livelsberger, se encuentra “terminalmente enfermo y en camino hacia el colapso”.