Elon Musk, el magnate tecnológico estadounidense y CEO de Tesla y SpaceX, ha arremetido nuevamente contra el primer ministro británico, Keir Starmer, calificándolo de “vergüenza nacional” y exigiendo su dimisión. Esta crítica se produce en el contexto del escándalo de las bandas de explotación sexual en el Reino Unido, un tema que ha suscitado un intenso debate en la sociedad británica.
En una serie de publicaciones en la plataforma X, Musk cuestionó la gestión de Starmer respecto a la investigación de la explotación sexual de menores, haciendo referencia a informes que sugieren que el Ministerio del Interior instó a las fuerzas policiales en 2008 a no investigar estos casos, argumentando que las víctimas habían tomado decisiones “informadas”, a pesar de ser menores de edad. Musk escribió: “Starmer debe irse. Es una vergüenza nacional”.
El empresario también se burló de la declaración que Starmer tiene prevista para abordar estas acusaciones, anticipando que será un momento de “épica vergüenza”. Esta crítica se suma a un ataque más amplio en el que Musk ha acusado a Starmer de no haber abordado adecuadamente el problema de las bandas de explotación sexual durante su tiempo al frente de la Fiscalía del Reino Unido, entre 2008 y 2013.
Las implicaciones del escándalo de las bandas de explotación sexual
Musk ha calificado a estas bandas como un “mal patrocinado por el Estado”, y ha afirmado que Starmer es “cómplice de la violación de Gran Bretaña”, sugiriendo que no solo debería dimitir, sino que también debería enfrentar cargos criminales. Este escándalo ha revelado un patrón de fallos sistemáticos en la investigación de delitos de explotación sexual, donde hombres de origen predominantemente paquistaní han sido acusados de abusar de niñas vulnerables durante las últimas tres décadas. Informes independientes han señalado que tanto políticos locales como fuerzas policiales optaron por encubrir estos crímenes, temerosos de que su persecución pudiera ser percibida como un acto “racista”.
Además de sus ataques a Starmer, Musk ha mantenido un intercambio de palabras con los medios de comunicación británicos y políticos sobre el tema de las “bandas de violación”. Ha reiterado su apoyo al activista de derecha Tommy Robinson, quien se encuentra en prisión por desacato al tribunal, y ha criticado la cobertura mediática, sugiriendo que los medios británicos han sido cómplices en silenciar el problema de las bandas de explotación sexual. Musk ha afirmado: “Este es el mismo medio que ocultó el hecho de que un cuarto de millón de niñas pequeñas estaban –y aún están– siendo sistemáticamente violadas por bandas de migrantes en Gran Bretaña. Son despreciables. Seres humanos despreciables”.
El enfrentamiento de Musk con Starmer también ha generado tensiones con Nigel Farage, líder del partido Reform UK, a quien Musk había considerado previamente como la “única esperanza” para Gran Bretaña. Tras la negativa de Farage a respaldar la postura de Musk sobre Robinson, el magnate instó a su partido a destituir a su líder.
