Investigadores de la Universidad Estatal de Montana han hecho un sorprendente hallazgo en el altiplano de Beartooth, donde los restos congelados de un antiguo bosque han sido descubiertos a 180 metros por encima de la línea actual de árboles. Este descubrimiento sugiere importantes cambios posibles en el ecosistema alpino en el contexto del calentamiento climático continuo.
Un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences detalla cómo los científicos han estudiado los restos de un bosque de pino de corteza blanca que existió a una altitud de 3.048 metros hace aproximadamente 6.000 años, cuando las temperaturas de la temporada cálida en el ecosistema del Gran Yellowstone eran comparables a las condiciones de mediados y finales del siglo XX.
Según los investigadores, el bosque prosperó durante siglos hasta que el clima comenzó a enfriarse hace unos 5.500 años debido a la disminución de la radiación solar veraniega. Este enfriamiento provocó un descenso en la línea de árboles y transformó el paisaje montañoso de bosque a la tundra alpina que conocemos hoy en día.
Implicaciones del hallazgo
David McWethy, profesor asociado en el Departamento de Ciencias de la Tierra de la MSU, señala que la actividad volcánica en el hemisferio norte contribuyó a un enfriamiento adicional de la región, lo que llevó a que el bosque de pinos quedara rápidamente cubierto de hielo. Este hielo ha preservado los restos del bosque hasta que comenzaron a descongelarse en los últimos años. Este descubrimiento representa la primera evidencia en un área alpina que indica que los bosques maduros se establecieron en altitudes más elevadas cuando las temperaturas eran más cálidas.
Los autores del estudio explican que los parches de hielo, a diferencia de los glaciares, no fluyen. Hasta hace poco, estos parches habían acumulado hielo de manera continua, lo que permitió la preservación de materiales depositados como polen, carbón y macrofósiles dentro de sus capas heladas. Esta investigación ha sido posible gracias a la colaboración entre diversas instituciones y comunidades indígenas, lo que resalta la importancia de la investigación interdisciplinaria en el clima y la ecología.
Las evidencias sugieren que las condiciones climáticas actuales podrían provocar que los árboles se desplacen hacia arriba en áreas del altiplano que ahora son tundra. Sin embargo, los investigadores advierten que no es posible predecir con exactitud el aspecto que tendrán en el futuro los bosques en la línea de árboles del Beartooth, ya que factores como la humedad, el viento y la intervención humana jugarán un papel crucial en la estructura y extensión de estos nuevos bosques.
Los cambios en la línea de árboles tendrán implicaciones significativas para el futuro del ecosistema, incluyendo el suministro de agua para riego y generación eléctrica, así como un posible aumento del riesgo de incendios forestales si los bosques empiezan a establecerse en áreas de tundra. Este tipo de investigaciones sobre el cambio ecológico pasado son vitales, ya que tienen repercusiones más amplias sobre los recursos de los que todos dependemos.