Un reciente informe del Centre for Migration Control ha revelado que los ciudadanos extranjeros representan casi el 67% de las detenciones por delitos sexuales en la Ciudad de Londres. Este análisis, que utiliza datos del Home Office y de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) del Reino Unido, indica que los extranjeros son más de tres veces más propensos a ser arrestados por crímenes sexuales en comparación con los ciudadanos británicos.
Entre enero y octubre del año pasado, las fuerzas del orden en Inglaterra y Gales arrestaron a más de 9,000 extranjeros por delitos sexuales, lo que representó el 26.1% del total estimado de 35,000 arrestos por este tipo de delitos. La tasa de arrestos entre la población migrante fue de casi 165 por cada 100,000, en contraste con 48 por cada 100,000 entre los británicos.
Datos alarmantes sobre la criminalidad entre extranjeros
El informe también destaca que, en términos generales, los extranjeros fueron arrestados al doble de la tasa de los británicos, con un total de 131,000 arrestos en el mismo periodo. A pesar de que los extranjeros constituyen aproximadamente el 9% de la población del Reino Unido, representaron más del 16% de los arrestos totales.
Entre las nacionalidades más implicadas en delitos sexuales, los albaneses se encuentran en la cima de la lista, seguidos de afganos, iraquíes y argelinos. En cuanto a los delitos en general, los rumanos lideran el número de arrestos, seguidos por polacos, albaneses, indios, paquistaníes y nigerianos.
Robert Bates, fundador del Centre for Migration Control, ha instado al gobierno británico a implementar “protocolos de visa mucho más estrictos” para aquellas nacionalidades que muestran una “propensión desproporcionadamente alta a involucrarse en actividades delictivas”.
Un portavoz del gobierno ha afirmado que el Ministerio de Justicia “ya publica los datos sobre los extranjeros condenados que cumplen penas en nuestras prisiones” y que existe un plan para “desmantelar las bandas criminales” en el país.
La controversia en torno a la criminalidad entre migrantes ha resurgido en los últimos días, especialmente tras las críticas del CEO de Tesla, Elon Musk, hacia el primer ministro británico, Keir Starmer, por su manejo del escándalo de las bandas de grooming. Musk ha señalado que el Home Office supuestamente instó a las fuerzas policiales en 2008 a no investigar la explotación sexual de menores, lo que ha llevado a un creciente clamor por una investigación pública sobre este escándalo.
Según informes publicados entre 2013 y 2015, tanto políticos locales como fuerzas del orden optaron por encubrir las violaciones, en parte por temor a que llevar a los perpetradores ante la justicia pudiera ser considerado “racista”.
