Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, ha generado controversia en el Reino Unido al sugerir que Estados Unidos debería intervenir para «liberar» a los británicos de lo que él considera un «gobierno tiránico». Esta declaración se produjo a través de una encuesta en su plataforma social X, donde preguntó a los usuarios si «América debería liberar al pueblo británico de su gobierno tiránico». La propuesta recibió una respuesta favorable, con casi el 59% de los más de 1,4 millones de votantes apoyándola en menos de 12 horas.
La sugerencia de un cambio de régimen se produce en medio de una serie de ataques lanzados por Musk contra el liderazgo británico, en particular contra el Primer Ministro Keir Starmer. Musk ha criticado a Starmer por su supuesta inacción en relación con el problema de las «bandas de grooming», que han estado involucradas en el abuso sexual de menores en el Reino Unido durante décadas. Según Musk, Starmer no ha abordado adecuadamente este asunto, que se remonta a su tiempo al frente del Servicio de Prosecución de la Corona del Reino Unido, entre 2008 y 2013.
Las bandas de grooming y la respuesta de las autoridades
Las bandas de grooming, compuestas en su mayoría por hombres de origen paquistaní, han sido responsables de la explotación sexual de niñas vulnerables. Múltiples investigaciones independientes han señalado que las autoridades han mostrado una falla sistémica en la investigación de estos crímenes y en llevar a los perpetradores ante la justicia. Informes de 2013, 2014 y 2015 indican que tanto políticos locales como la policía encubrieron estos abusos, en parte por temor a ser acusados de racismo al identificar a los sospechosos.
Además de sus ataques a Starmer, Musk ha arremetido contra la prensa británica, acusándola de complicidad en la ocultación de estos crímenes. En sus declaraciones, Musk afirmó que los medios han «escondido el hecho de que un cuarto de millón de niñas han sido, y siguen siendo, sistemáticamente violadas por bandas de migrantes en Gran Bretaña». Este tipo de afirmaciones ha suscitado un intenso debate sobre la responsabilidad de los medios y las autoridades en la gestión de estos casos de abuso.