Investigación de la NASA revela que los planetas desérticos son poco propensos a albergar vida extraterrestre

In Ciencia y Tecnología
enero 06, 2025

La ciencia ficción ha alimentado durante décadas la imaginación de sus seguidores, creando mundos complejos y fascinantes donde la vida alienígena prospera en planetas desérticos. Ejemplos icónicos de este fenómeno son «Dune» y «Star Wars», donde los inhóspitos paisajes desérticos están habitados por criaturas extraordinarias. Sin embargo, investigaciones recientes llevadas a cabo por la NASA sugieren que la realidad sobre la posibilidad de vida en estos mundos áridos podría ser mucho más sombría de lo que los guionistas han imaginado.

Los científicos han presentado sus hallazgos preliminares en la conferencia anual de la Unión Geofísica Americana, donde se discute que incluso los planetas desérticos ubicados en zonas habitables —donde se espera que la vida pueda existir debido a la presencia de agua líquida— podrían no ser capaces de sostener vida. Esto se debe a la forma violenta en que estos planetas pierden la mayor parte de su agua. El equipo de la NASA, que forma parte del proyecto Habitable Worlds Observatory, ha realizado simulaciones que demuestran que la estabilidad climática de un planeta está íntimamente relacionada con la cantidad de agua que posee. Si un planeta tiene un inventario de agua demasiado pequeño, entra en un estado inhabitable, independientemente de su ubicación en la zona habitable de su estrella.

El dilema del agua en los planetas desérticos

Los planetas como la Tierra, que cuentan con grandes cantidades de agua, han mantenido un clima estable durante aproximadamente 4.500 millones de años. En contraste, aquellos que tienen poca agua tienden a perderla con el tiempo, lo que los hace inestables. Los investigadores han señalado que los planetas que cubren menos del 10% de su superficie con agua son especialmente vulnerables. Esta pérdida de agua puede desencadenar un colapso en el ciclo del carbono, lo que resulta en un cambio climático descontrolado, un proceso que se cree que ocurrió en Venus, que pudo haber sido habitable en el pasado. La intensa actividad solar y la evaporación de sus océanos llevaron a un efecto invernadero extremo, impidiendo que cualquier forma de vida sobreviviera.

En el contexto de «Dune», el planeta Arrakis, que orbita una estrella de corta duración, presenta un escenario poco probable para el desarrollo de la vida. Aunque la narrativa de la obra menciona la existencia de gigantescos gusanos de arena que habitan su desierto, la ciencia actual sugiere que la evolución de tales criaturas en condiciones tan áridas es poco probable. La realidad es que muchos de los mundos fantásticos que conocemos en la ciencia ficción son, según los expertos, poco más que especulaciones imaginativas que no encuentran respaldo en la comprensión científica de cómo los planetas se convierten en desiertos inhóspitos.

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