La administración Biden negocia el intercambio de estadounidenses detenidos por un prisionero de Guantánamo vinculado a al-Qaeda

In Internacional
enero 07, 2025

La administración del presidente estadounidense Joe Biden se encuentra en negociaciones para intercambiar a tres ciudadanos estadounidenses detenidos en Afganistán por un prisionero de Guantánamo Bay, supuestamente vinculado a al-Qaeda. Según un informe del Wall Street Journal, estas conversaciones se han llevado a cabo desde al menos julio de este año.

Los detenidos estadounidenses son Ryan Corbett, George Glezmann y Mahmood Habibi, quienes fueron capturados en 2022. La propuesta de intercambio incluye a Muhammad Rahim al-Afghani, un prisionero de Guantánamo que, según se informa, tiene conexiones con Osama bin Laden. La respuesta del Talibán ha sido solicitar la liberación de Rahim y de dos prisioneros afganos adicionales a cambio de Glezmann y Corbett, mientras que el grupo militante niega tener en su poder a Habibi.

Frustración entre las familias de los detenidos

El Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, informó al Congreso el 17 de diciembre que Biden aún no ha tomado una decisión sobre la propuesta del Talibán, lo que ha generado frustración entre las familias de los detenidos debido a la lentitud del proceso. Anna Corbett, esposa de Ryan Corbett, instó a Biden a priorizar el regreso de los estadounidenses detenidos injustamente, subrayando que “se le está acabando el tiempo para demostrar que estas son más que palabras vacías para familias como la mía, que no son famosas ni están bien conectadas”.

El Departamento de Estado ha clasificado a Glezmann y Corbett como detenidos injustamente, lo que permite destinar más recursos a su liberación. Por otro lado, el FBI considera que Habibi fue capturado por fuerzas afganas, aunque no ha sido designado como detenido injustamente.

Un informe del Comité de Inteligencia del Senado de 2014 identificó a Rahim como un “facilitador de al-Qaeda”, señalando que fue capturado en Pakistán en junio de 2007 y transferido a la custodia de la CIA el mes siguiente. El informe detalla que Rahim fue mantenido en un “sitio negro” de la CIA, donde fue sometido a técnicas de interrogatorio, incluyendo privación prolongada del sueño, antes de ser trasladado a Guantánamo en marzo de 2008.

A pesar de estas acusaciones, Rahim ha negado consistentemente cualquier vínculo con al-Qaeda, afirmando que trabajaba como lingüista en Afganistán, traduciendo árabe y pashto. Su abogado, James Connell, declaró al Wall Street Journal que los cargos contra Rahim son “en gran medida exagerados” y que no ha surgido evidencia sustancial en los 17 años desde su detención. Connell lo describió como “la última persona” admitida en el programa de tortura de la CIA tras el 11 de septiembre.

Connell también mencionó que ni Rahim ni su equipo legal han sido informados por la administración Biden o el Talibán sobre las negociaciones en curso. La propuesta de intercambio presenta un desafío para Biden, quien ha logrado la liberación de más de 70 rehenes estadounidenses en todo el mundo durante los últimos cuatro años, mientras enfrenta críticas potenciales por entregar a individuos considerados amenazas a la seguridad nacional.

Recientemente, el Pentágono anunció la transferencia de 11 prisioneros yemeníes a Omán, lo que reduce la población de detenidos en Guantánamo a 15. Entre los liberados se encontraban dos supuestos exguardaespaldas de Osama bin Laden, quienes habían estado detenidos durante más de dos décadas sin cargos formales.

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