La Marina de los Estados Unidos ha anunciado su intención de realizar más de 1.000 muestras de suelo en Hensley Field, un antiguo aeródromo militar situado en el sur de Dallas, Texas. Esta iniciativa forma parte de un proceso más amplio destinado a la limpieza de un terreno que presenta graves problemas de contaminación, resultado de décadas de actividad militar.
En diciembre de 2023, abogados de la Marina y de la ciudad de Dallas informaron a un juez federal que los resultados de estas pruebas podrían estar disponibles a finales de marzo de 2024. Este avance podría dar lugar a un nuevo cronograma para la descontaminación del sitio, que fue objeto de un acuerdo judicial previo tras el incumplimiento de un plazo establecido en 2017.
Contaminación y litigios en Hensley Field
La ciudad de Dallas interpuso una demanda en 2023 con el objetivo de obligar a la Marina a limpiar las 738 acres de terreno a estándares residenciales. El retraso en la remediación ambiental ha puesto en pausa los planes de desarrollo urbano de la ciudad, que en 2022 aprobó un ambicioso proyecto de 390 millones de dólares para transformar Hensley Field en un barrio mixto que podría albergar a cerca de 12.000 residentes. Sin embargo, la ciudad argumenta que la demora de la Marina ha afectado el valor de mercado del sitio y ha vulnerado sus derechos de propiedad.
Un informe conjunto presentado en diciembre destaca que la obtención de datos validados sobre la contaminación permitirá a Dallas ajustar sus estimaciones de tiempo y costo para la limpieza, facilitando además futuras negociaciones de asentamiento. Las partes se reunirán en abril en Hensley Field con la esperanza de resolver el caso sin necesidad de juicios.
Desde su adquisición en la década de 1920, Hensley Field ha estado bajo la administración del ejército estadounidense, que lo utilizó para entrenar pilotos. A pesar de las promesas del gobierno federal de devolver el terreno en buen estado, la contaminación se hizo evidente a partir de los años 90, afectando tanto el suelo como el agua subterránea de la zona. En 2001, Dallas demandó al gobierno federal, alegando un incumplimiento de contrato por el estado del terreno. En 2002 se llegó a un acuerdo que obligaba a la Marina a limpiar Hensley Field para 2017.
Para 2022, la Marina había invertido 92,4 millones de dólares en la descontaminación, logrando eliminar muchos de los contaminantes presentes en el suelo según los estándares de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas. Sin embargo, sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), conocidas por su toxicidad y potencial cancerígeno, siguen presentes en el terreno y el agua subterránea.
Las 1.000 muestras de suelo que se tomarán permitirán a ambas partes comprender mejor la extensión de la contaminación por PFAS en Hensley Field, particularmente en áreas donde se ha documentado el uso histórico de espumas contra incendios que contenían estos compuestos. En respuesta a la demanda de la ciudad, la Marina ha indicado que la limpieza de PFAS no estaba contemplada en el acuerdo de 2002.
Recientemente, el Ayuntamiento de Dallas aprobó un aumento en la compensación a su asesor legal, de 550.000 a 850.000 dólares, para continuar la lucha judicial en torno a este complejo y delicado asunto ambiental. La situación sigue siendo objeto de vigilancia, pues la resolución de este caso no solo afecta al desarrollo urbano de Dallas, sino también a la salud de sus residentes y al medio ambiente local.
