El ex presidente sudafricano Jacob Zuma ha enviado una carta de demanda al Congreso Nacional Africano (ANC), exigiendo la restitución de su membresía antes del 31 de enero de 2025, o de lo contrario, procederá con acciones legales. Esta situación se produce tras su expulsión del ANC, partido que ha liderado durante 65 años, por haber formado un grupo de oposición en las recientes elecciones nacionales.
En la misiva, el abogado de Zuma, Thabo Kwinana, argumenta que la expulsión del ex presidente fue “no procedimental e inválida”, citando irregularidades en los procesos llevados a cabo por el Comité Nacional Disciplinario (NDC) y el Comité Nacional Disciplinario de Apelación (NDCA) del ANC. Según la carta, la falta de un fallo razonado por parte del NDCA y la ausencia de documentación pertinente constituyen una violación de los derechos de Zuma, tanto según la constitución del ANC como la Constitución de Sudáfrica.
Reacciones y Consecuencias
Zuma, quien ahora lidera el partido uMkhontho weSizwe (MKP), ha generado preocupación dentro del ANC tras las elecciones del año pasado. Sus representantes han señalado que las acciones del ANC son un ejemplo de acciones disciplinarias selectivas y vendettas internas, lo que ha llevado a la Fundación JG Zuma a instar al partido a priorizar la equidad y la consistencia en sus procesos internos.
El secretario general del ANC, Fikile Mbalula, ha declarado que el partido no reconsiderará la membresía de Zuma, argumentando que su decisión de formar el MKP selló su destino dentro del ANC. Esta postura ha intensificado las tensiones entre las facciones del partido y ha suscitado preocupaciones sobre el futuro del ANC, que ha enfrentado críticas por su manejo de la disciplina interna y el tratamiento de sus miembros.
La carta de demanda de Zuma establece que, si el ANC no cumple con sus exigencias antes de la fecha límite, tomará todas las medidas legales necesarias para proteger sus derechos. Este conflicto no solo pone de relieve las luchas internas del ANC, sino que también plantea interrogantes sobre la estabilidad política en Sudáfrica, un país que ha estado lidiando con divisiones políticas y desafíos económicos significativos en los últimos años.
