La exploración del sistema solar ha tomado un nuevo rumbo con la propuesta de una misión de globo en Titán, la luna más grande de Saturno. Gracias a su baja gravedad y densa atmósfera, Titán se presenta como un lugar ideal para el uso de vehículos más ligeros que el aire. Este concepto no es nuevo; ha estado en discusión durante más de dos décadas. Sin embargo, hasta ahora, los desafíos técnicos han impedido que se materialice.
Un equipo de Boeing, encargado del Space Launch System (SLS), ha desarrollado una plataforma de lanzamiento que promete ser capaz de colocar un gran globo en órbita, junto con su carga científica necesaria. Este nuevo diseño se asemeja más a un dirigible tradicional que a las misiones de globo que se han propuesto anteriormente. El globo estaría compuesto de helio y contaría con dos tanques de lastre, permitiendo un control preciso sobre su inclinación y orientación.
Características de la Misión
El globo sería capaz de regular su altitud al absorber o expulsar gases de la atmósfera local, con dos configuraciones de altitud: uno de 150 m3 para operar a 5 km de altura y otro de 400 m3 para 20 km. Ambas versiones se pueden compactar para encajar en el carenado del SLS, facilitando su transporte al espacio.
La parte más interesante de esta propuesta es la gondola, donde se llevarían a cabo experimentos científicos. Aunque los detalles específicos sobre las herramientas científicas son escasos, se mencionan sistemas de RADAR y LIDAR para escanear la superficie de Titán y monitorizar cambios geológicos. Además, se planea incluir sensores atmosféricos que puedan detectar la presencia de moléculas orgánicas, lo que podría ofrecer pistas sobre la existencia de ciclos de metano líquidos en la luna.
La misión está diseñada para lanzarse entre 2034 y 2036, aprovechando ventanas de oportunidad que reducirían el combustible necesario para alcanzar el sistema de Saturno. No obstante, el SLS ha enfrentado sus propios problemas que podrían retrasar este cronograma. Desde su lanzamiento inaugural en 2022, el siguiente lanzamiento no está previsto hasta 2026, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad de futuros lanzamientos en el marco de las exigencias de la NASA para el programa Artemis.
Además, el coste estimado por lanzamiento es de 2.500 millones de dólares, lo que lo sitúa en competencia con otros vehículos espaciales, como Starship, que ha demostrado una mayor capacidad de carga y ha completado varias misiones exitosas. En este contexto, la misión de globo a Titán podría verse amenazada por la inminente misión Dragonfly de la NASA, que utilizará un Falcon Heavy para su lanzamiento en 2028. Aunque este último tiene una capacidad de carga inferior, podría ser una alternativa viable para un proyecto similar.
A medida que el acceso al espacio se vuelve más asequible y surgen nuevas plataformas de lanzamiento, es probable que la misión a Titán encuentre su camino hacia la aprobación. El interés por explorar este mundo único sigue creciendo, y aunque el viaje pueda parecer lejano, el potencial científico que ofrece es innegable.
