La industria del langosta en Maine enfrenta desafíos por cambios regulatorios
Las autoridades pesqueras de Maine han decidido abandonar un plan que buscaba implementar normas más estrictas para la captura de langostas, en medio de preocupaciones sobre la disminución de las crías de este crustáceo en las aguas cada vez más cálidas del Atlántico Norte. La iniciativa contemplaba aumentar en 1/16 de pulgada (aproximadamente 1.6 milímetros) el tamaño mínimo de las langostas que los pescadores podían atrapar, con el objetivo de preservar la población de este valioso recurso. Sin embargo, muchos en la industria pesquera consideran que esta medida es innecesaria y podría agravar la situación de un sector ya estresado por el aumento de temperaturas, costos en alza y nuevas regulaciones para proteger a las ballenas.
El comisionado del Departamento de Recursos Marinos de Maine, Patrick Keliher, anunció que la propuesta fue retirada tras escuchar la unánime oposición de los miembros de la industria del langosta. La Comisión de Pesquerías Marinas de los Estados Atlánticos había señalado que la modificación del tamaño mínimo era esencial debido a la alarmante disminución de más del 35% en la población juvenil de langostas en el Golfo de Maine, un área clave para la pesca. En respuesta a esta situación, la comisión decidió posponer la implementación de la nueva regla, que inicialmente estaba programada para entrar en vigencia el 1 de enero de 2025, hasta el 1 de julio de ese mismo año.
Keliher, quien también preside la junta de langostas de la Comisión de Pesquerías, destacó la necesidad de garantizar que Maine cumpla con su Plan de Gestión Inter-estatal de Pesquerías para Langostas. Afirmó que se trabajará en un nuevo plan que integre las opiniones de la industria, con el fin de proponer medidas que logren beneficios de conservación equivalentes a los que se pretendían con la regulación retirada. La situación en el Golfo de Maine es grave, ya que los científicos han señalado el calentamiento de estas aguas como un factor estresante para las langostas, contribuyendo a una disminución del 39% en su población en comparación con periodos anteriores.
