El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, ha reafirmado la ambición de la isla de alcanzar la independencia de Dinamarca, subrayando que el pueblo groenlandés no desea ser ni danés ni estadounidense. Estas declaraciones fueron realizadas durante una conferencia de prensa conjunta con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en Copenhague.
Egede expresó su disposición a “hablar” con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha manifestado en repetidas ocasiones su interés en adquirir la isla más grande del mundo, argumentando que la posesión de Groenlandia por parte de Washington es una “necesidad absoluta” para la seguridad nacional de Estados Unidos. Sin embargo, el líder groenlandés enfatizó que su pueblo anhela la independencia, afirmando que no desean ser gobernados ni por Copenhague ni por Washington.
La búsqueda de la independencia
“Groenlandia es para el pueblo groenlandés. No queremos ser daneses, no queremos ser estadounidenses”, declaró Egede. Además, destacó que el deseo de independencia y la aspiración de vivir en su propia casa son sentimientos que pueden ser comprendidos por todos los pueblos del mundo. El primer ministro también indicó que un referéndum sobre la independencia “llegará pronto”.
Egede consideró que la negativa de Trump a descartar el uso de la fuerza para adquirir Groenlandia es “seria”, pero prometió continuar colaborando con Estados Unidos en el futuro. Desde principios del siglo XIX hasta la década de 1950, Groenlandia fue un territorio bajo el control total de Dinamarca. Durante la Segunda Guerra Mundial, la isla fue ocupada por Estados Unidos tras la captura de Dinamarca por parte de la Alemania nazi. En la actualidad, Groenlandia alberga una base militar estadounidense y la infraestructura para un sistema de alerta temprana de misiles balísticos.
En las últimas décadas, la isla ha ido ganando autonomía, recibiendo el autogobierno en 1979 y, en 2009, el derecho a declarar su independencia si se aprueba en un referéndum. Este contexto histórico y político resalta la complejidad de la situación actual de Groenlandia y su búsqueda de un futuro independiente.