Investigaciones recientes han revelado un método innovador para recuperar metales de los residuos mineros mediante el uso de bacterias productoras de ácido. Este enfoque, liderado por el investigador Nathan van Wyk, no solo tiene el potencial de reducir la contaminación ambiental, sino que también podría extender la vida útil de las minas y proporcionar materias primas valiosas para la industria.
Anualmente, se producen más de tres mil millones de toneladas de metales para diversos productos. Sin embargo, la explotación ha llevado a una disminución en el contenido metálico de los minerales, complicando el acceso a estos recursos. Esta situación ha traído consigo un aumento en los precios de los metales y una generación de residuos más perjudiciales, en gran parte debido a la creciente demanda de elementos de tierras raras que se encuentran en concentraciones muy bajas.
Los residuos mineros, a menudo desechados en grandes montones abiertos, representan un grave riesgo ambiental. Los metales presentes en estos desechos pueden filtrarse en las aguas subterráneas, mientras que las partículas finas que se dispersan con el viento pueden propagar contaminantes. A pesar de estos peligros, los residuos también ofrecen una oportunidad, ya que aún contienen cantidades significativas de metales útiles.
Extracción mediante disolución ácida
En su tesis doctoral, van Wyk investigó cómo se pueden extraer metales de los residuos utilizando ácidos producidos por bacterias. Los residuos analizados incluían principalmente residuos de bauxita, un mineral que contiene aluminio, y otros desechos derivados de la producción de magnesio. Los resultados de la investigación mostraron que los ácidos podían extraer casi el 100% del magnesio de los residuos ricos en este metal. Además, en el caso de los residuos de bauxita, se lograron extraer varios metales: el 68% del aluminio, el 80% del calcio y el 59% del titanio, así como un 42% de itrio, un elemento de tierras raras.
La disolución ácida de los residuos mineros se presenta como un método prometedor para aprovechar recursos valiosos. Este procedimiento no solo reduce la cantidad de residuos, sino que también protege el medio ambiente, genera materias primas para la industria y prolonga la vida de las minas. Además, avanza en la tecnología ‘verde’ y puede crear empleos. Van Wyk destaca que existen numerosas ventajas en la aplicación de este método frente a la opción de dejar los residuos sin tratar.
Un aspecto positivo de este método es que el material residual puede combinarse con aditivos económicos para producir un tipo de concreto de fraguado rápido. Van Wyk señala que esto es especialmente significativo, ya que la producción de concreto y cemento consume más del 7% de toda la energía utilizada en la industria a nivel global. Al utilizar estos residuos, se podría lograr un proceso de minería de magnesio con cero residuos sólidos y reducir el consumo energético global en cierta medida.
Aunque van Wyk reconoce que el método de disolución ácida requiere un desarrollo adicional para alcanzar una producción a gran escala, los trabajos realizados a nivel de laboratorio demuestran que se trata de un proceso elegante y eficaz. El investigador confía en que esta tecnología será implementada por la industria minera en el futuro, transformando algunas operaciones mineras en instalaciones con cero residuos.