La crisis del sistema de salud en Inglaterra ha alcanzado niveles alarmantes, con un aumento significativo en las muertes atribuibles a las largas esperas en los hospitales. Según estimaciones del diario The Times, se registraron un promedio de 50 muertes adicionales al día en diciembre de 2024, en gran parte debido a la presión ejercida por una epidemia estacional de gripe.
El Servicio Nacional de Salud (NHS) ha estado lidiando con una grave escasez de personal, con casi 170,000 empleados que abandonaron sus puestos en 2022. Esta situación ha llevado a que múltiples hospitales declararan «incidentes críticos» en respuesta a una demanda excepcionalmente alta en los últimos días.
Impacto de las Esperas en Urgencias
El mismo artículo de The Times revela que el número de muertes excesivas debido a los retrasos en la atención alcanzó aproximadamente 16,000 el año pasado. Esto se traduce en un estimado de 50 muertes adicionales por día, utilizando una metodología similar a la empleada en un análisis previo del Royal College of Emergency Medicine.
Datos oficiales indican que uno de cada ocho pacientes pasó más de 12 horas en los servicios de urgencias el mes pasado, una cifra que ha empeorado en 2024 en comparación con 2023. Tim Cooksley, de la Sociedad de Medicina Aguda, describió la situación como «corredores llenos de pacientes que reciben una atención degradante, siendo tratados en las ambulancias debido a la falta de espacio en los hospitales».
El Secretario de Salud, Wes Streeting, expresó su «genuina angustia y vergüenza» por las experiencias de los pacientes, mencionando que se han reportado esperas de hasta 50 horas en algunas salas de emergencia. En una declaración reciente, el Primer Ministro Keir Starmer también se comprometió a abordar esta crisis, señalando que las listas de espera hospitalarias ya estaban «aumentando incluso antes de la Covid».
Los problemas del NHS se remontan al menos a 2010, cuando el gobierno conservador restringió su presupuesto. Desde entonces, el sector de la salud en Inglaterra ha estado perdiendo personal a un ritmo alarmante, con factores como la presión laboral, el agotamiento y los bajos salarios citados como razones principales. La pandemia de Covid-19 ha puesto una carga adicional sobre un sistema ya debilitado.
