Los incendios forestales que asolan Los Ángeles han tomado un giro alarmante, con el fuego extendiéndose hacia barrios previamente intactos y provocando nuevas evacuaciones. Desde el inicio de la semana, al menos 11 personas han perdido la vida y miles de viviendas han sido destruidas, una devastación que el presidente estadounidense Joe Biden ha comparado con una «escena de guerra».
A pesar de los esfuerzos masivos de los servicios de emergencia, el avance del incendio de Palisades ha llevado a la emisión de órdenes de evacuación en vecindarios de alto poder adquisitivo, incluyendo el famoso museo Getty Center. Se prevé que los vientos aumenten nuevamente, lo que podría generar nuevos incendios a medida que las brasas se desplazan hacia la maleza seca.
La población de Los Ángeles ha comenzado a exigir respuestas sobre las causas de la catástrofe, mientras la frustración local aumenta ante la aparente falta de preparación y respuesta de las autoridades. Residentes como Nicole Perri, quien perdió su hogar en Pacific Palisades, han expresado su descontento, afirmando que los funcionarios «nos fallaron completamente». James Brown, un abogado retirado de Altadena, también criticó la falta de preparación de las autoridades.
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha ordenado una «revisión independiente completa», señalando como «profundamente preocupante» la escasez de suministros de agua durante los incendios iniciales. En una carta abierta, exigió respuestas sobre cómo se produjo esta situación.
Impacto y respuesta a la crisis
A medida que aumentan los informes de saqueos, se ha impuesto un toque de queda desde el atardecer hasta el amanecer en las áreas evacuadas. Hasta ahora, se han registrado alrededor de dos docenas de arrestos en Los Ángeles, donde algunos residentes han organizado patrullas vecinales, incluso armados, para proteger sus propiedades. La Guardia Nacional ha sido desplegada para reforzar la labor de las fuerzas del orden.
En total, cinco incendios han consumido más de 37,000 acres (15,000 hectáreas) y han destruido aproximadamente 12,000 edificios, según el informe de la agencia de incendios de California. La oficina del médico forense del condado de Los Ángeles ha confirmado un nuevo fallecimiento, elevando la cifra total de muertes a 11, aunque se espera que aumente.
El incendio de Palisades, que hasta el sábado solo estaba contenido en un 8%, ha arrasado 21,600 acres. La situación continúa siendo extremadamente peligrosa, con autoridades advirtiendo sobre un incremento en la velocidad del viento en los próximos días. La administradora de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), Deanne Criswell, ha enfatizado que los vientos se intensificarán de nuevo.
En medio de la crisis, el presidente Biden ha hecho críticas veladas al presidente electo Donald Trump, quien ha difundido información errónea sobre los incendios, amplificada a través de las redes sociales. Biden señaló que «habrá muchos demagogos tratando de aprovecharse» de la situación. Por su parte, Newsom, señalado por Trump en relación con la catástrofe, lo ha invitado a visitar Los Ángeles y observar la devastación junto a él, insistiendo en que no se debe politizar una tragedia humana ni difundir desinformación desde la distancia.
La jefa de bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, ha apuntado a los recortes en la financiación de su departamento, alegando que su equipo se encuentra crónicamente desabastecido y escaso de personal. Si bien los incendios forestales son fenómenos naturales, los científicos advierten que el cambio climático provocado por el ser humano está alterando las condiciones meteorológicas y cambiando la dinámica de estos siniestros.
En un episodio adicional de confusión, los gestores de emergencias se han disculpado tras el envío erróneo de alertas de evacuación a millones de teléfonos móviles, lo que generó pánico entre los ciudadanos.
