Los Ángeles se enfrenta a una crisis sin precedentes, con incendios forestales que han arrasado la región durante los últimos cuatro días. La situación es crítica, con al menos 11 muertos y 13 desaparecidos hasta el momento. A pesar de la gravedad de la situación, el presidente electo, Donald Trump, quien asumirá el cargo en una semana, aún no ha visitado las áreas afectadas. En respuesta, el gobernador de California, Gavin Newsom, ha extendido una invitación formal a Trump para que lo acompañe en una visita a las zonas devastadas, en una carta abierta que, aunque se firma “con respeto y la mano tendida”, refleja un claro reproche hacia la falta de acción del presidente electo.
Newsom, quien ha sido crítico con Trump en el pasado y es considerado un posible candidato presidencial para 2028, elogió la respuesta del presidente saliente, Joe Biden, mientras que cuestionó la inacción de Trump. “Cientos de miles de estadounidenses -desplazados de sus hogares y temerosos por el futuro- merecen que todos trabajemos para garantizar una rápida recuperación y reconstrucción”, afirmó el gobernador en su misiva.
Polémica en la gestión de recursos
El origen de los incendios aún se desconoce, pero la situación se ha complicado por la gestión del agua en el condado. Se ha informado que los bomberos se quedaron momentáneamente sin agua para combatir las llamas, lo que ha llevado a Newsom a ordenar una investigación sobre la disponibilidad de recursos hídricos. Informes recientes indican que un embalse crítico estaba fuera de servicio al inicio de los incendios y que las bocas de incendios presentaron fallos en su funcionamiento.
La magnitud del desastre es alarmante, con más de 157 kilómetros cuadrados de terreno quemado, lo que equivale a más de una vez y media la extensión de la ciudad de Barcelona. Hasta ahora, más de 12.000 estructuras han sido destruidas o dañadas, y otras 57.000 siguen en peligro. Entre los edificios afectados se encuentra el Getty Center, un importante museo que alberga obras de renombrados artistas como van Gogh y Rembrandt, aunque hasta el momento se ha confirmado que las obras están a salvo.
Los equipos de extinción han logrado contener solo un pequeño porcentaje de los incendios, con un 11% de control en el incendio de Palisades y un 15% en el de Eaton. Las autoridades han advertido que las condiciones climáticas podrían empeorar, con la llegada de vientos secos que podrían reavivar las llamas.
Además de los daños materiales, la situación ha generado una emergencia de salud pública debido a la alta concentración de humo en el aire, que afecta a una amplia zona más allá de Los Ángeles. Las autoridades han cancelado clases en los colegios y suspendido eventos deportivos, incluyendo partidos de la NBA y la NFL, en respuesta a la crisis de salud provocada por la toxicidad del aire.
Las autoridades locales están trabajando incansablemente para hacer frente a esta tragedia, mientras que la comunidad se enfrenta a días de “terror y angustia inimaginables”, según ha declarado la supervisora del condado de Los Ángeles, Lindsey Horvath. La alcaldesa de la ciudad, Karen Bass, ha asegurado que se están tomando todas las medidas posibles para prepararse ante la posibilidad de vientos más fuertes que podrían complicar aún más la situación.
