Uso de Suprimidores de Fuego en Los Ángeles: Eficacia y Preocupaciones Ambientales
Los incendios que asolan la zona de Los Ángeles han cobrado la vida de al menos 24 personas y han desplazado a miles de ciudadanos, destruyendo más de 12,000 estructuras desde su inicio. Ante esta devastadora situación, las agencias de extinción de incendios han recurrido a aviones que lanzan no solo agua, sino también grandes cantidades de un suprimidor de fuego de color rosa intenso, en un esfuerzo desesperado por frenar las llamas y proteger las comunidades amenazadas. Los incendios, impulsados por los fuertes vientos de Santa Ana, han arrasado aproximadamente 160 kilómetros cuadrados, complicando la labor de los bomberos en terrenos escarpados y de difícil acceso.
El uso de suprimidores de fuego es considerado una herramienta fundamental para combatir incendios forestales. Estos productos químicos, generalmente compuestos por agua, fosfato de amonio y óxido de hierro, son efectivos para privar al fuego de oxígeno y enfriar la vegetación, ralentizando así su propagación. Sin embargo, su aplicación presenta limitaciones, ya que las condiciones climáticas adversas, como los vientos fuertes, pueden dificultar el vuelo a baja altitud, lo que a su vez puede dispersar el retardante antes de que llegue al suelo. A pesar de estas limitaciones, diversas agencias, incluyendo el Servicio Forestal de EE.UU. y los departamentos de bomberos de Los Ángeles y Ventura, han participado en la lucha contra el fuego, lanzando tanto agua como retardantes.
A pesar de que los suprimidores de fuego son generalmente considerados seguros para las personas, existe preocupación sobre sus efectos en el medio ambiente y la vida silvestre. Se ha establecido que su uso está prohibido sobre cuerpos de agua y hábitats de especies en peligro, salvo en situaciones donde se amenace la vida humana. Investigaciones recientes han indicado la presencia de metales pesados en algunos de los suprimidores de fuego utilizados por el Servicio Forestal, lo que ha llevado a un debate sobre los posibles impactos en la salud de los ecosistemas acuáticos. A pesar de ello, muchos expertos defienden la necesidad de utilizar estos productos para proteger la salud pública, dado que el humo de los incendios forestales ha sido responsable de hasta la mitad de la contaminación por partículas en el aire en el oeste de EE.UU., afectando gravemente la salud respiratoria y cardiovascular de la población.
