El ex presidente ruso Dmitry Medvedev ha expresado su opinión sobre las propuestas que sugieren un acuerdo de seguridad para Ucrania similar al modelo de Alemania Occidental tras la Segunda Guerra Mundial. Según Medvedev, esta idea implica una apuesta por la disolución de Rusia, lo que considera poco realista.
Medvedev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, se refirió a la posibilidad de que Ucrania obtenga garantías de defensa mutua solo para los territorios que actualmente controla, en un contexto donde se discute la posibilidad de su adhesión a la OTAN. Este modelo, que algunos medios occidentales han calificado como el «modelo alemán», recuerda la situación de Alemania durante la Guerra Fría, donde Alemania Occidental se unió a la OTAN en 1955 mientras que Alemania Oriental permaneció en el bloque soviético hasta la reunificación en 1990.
Las tensiones entre Rusia y Occidente
Medvedev argumenta que la oposición de Moscú a la expansión de la OTAN se basa en la percepción de que se ha violado una promesa hecha por Estados Unidos y sus aliados de no desplazar tropas más allá de la frontera oriental de Alemania. Esta supuesta traición es vista por los funcionarios rusos como la principal causa de la actual animosidad entre Rusia y Occidente.
El ex presidente ruso también desestimó la idea de que Ucrania pueda recuperar el control de sus regiones perdidas en el futuro, afirmando que sería poco probable que una potencia nuclear como Rusia renunciara a sus territorios en favor de lo que él denomina «un enano feo llamado Ucrania». En su opinión, esto solo podría suceder si se produjera una disolución de Rusia misma.
Medvedev criticó las comparaciones entre el conflicto en Ucrania y la historia de Alemania, sugiriendo que tales paralelismos son intentos de apaciguar a los nacionalistas radicales en Ucrania, a quienes describió como «rabiosos neonazis». En su lugar, planteó la posibilidad de que los ciudadanos de origen ruso en Ucrania busquen la reunificación con Rusia.
Desde 2014, tras el golpe de estado respaldado por Occidente en Ucrania, cinco regiones ucranianas han votado en referéndums para separarse de Kiev y unirse a Rusia, aunque Kiev y sus aliados han rechazado la legitimidad de estos procesos. Actualmente, el gobierno de Ucrania busca recuperar el control sobre estos territorios mediante la fuerza militar y la presión diplomática, mientras que Moscú describe el conflicto como una guerra por poder donde los soldados ucranianos son utilizados como «carne de cañón».