Investigadores de la Universidad de Nagoya, Japón, han revelado estrategias de comportamiento sofisticadas que permiten a los grillos parásitos sobrevivir dentro de colonias de hormigas. Dirigido por Ryoya Tanaka, el equipo documentó cómo estos insectos navegan con éxito en un entorno hostil, utilizando tácticas de evasión precisas. Sus hallazgos, publicados en Communications Biology, muestran adaptaciones notables que permiten a estas especies de grillos prosperar entre sus peligrosos anfitriones.
Los animales que habitan en colonias de hormigas, conocidos como «invitados de hormiga», explotan los recursos de sus anfitriones. Sin embargo, esta conducta conlleva un riesgo significativo, ya que las hormigas exterminan sin piedad a los intrusos al ser detectados. Los grillos Myrmecophilus, parásitos de estas colonias, emplean comportamientos de escape especializados para evitar ataques de las hormigas. Tanaka y sus colegas estudiaron este comportamiento en Myrmecophilus tetramorii, un parásito que se alimenta de insectos muertos y larvas de hormiga dentro de las colonias anfitrionas.
Estrategias de escape: Distanciamiento y esquiva
Los investigadores clasificaron los comportamientos de escape en dos categorías principales: «distanciamiento», donde los grillos se alejan directamente de las hormigas, y «esquiva», donde los grillos se desplazan en movimiento circular para posicionarse detrás de las hormigas, evitando así sus mandíbulas. Se observó que cuando los grillos iniciaban el comportamiento de esquiva, mantenían una mayor distancia de su anfitrión y se movían a un ritmo más lento en comparación con el distanciamiento.
Tanaka concluyó que los grillos utilizan la esquiva para evadir amenazas percibidas en condiciones de bajo riesgo, mientras que el distanciamiento se emplea como respuesta defensiva rápida ante un ataque inminente. «Si bien el distanciamiento permite a los grillos alejarse rápidamente de la hormiga que se aproxima, estos movimientos rápidos podrían alertar a otros enemigos potenciales sobre la presencia de los grillos, desencadenando una persecución agresiva por parte de otra hormiga. Los grillos antígenos se benefician de una reacción lenta y precisa al esquivar, lo que reduce la probabilidad de ser atacados por las hormigas», explicó Tanaka.
Las observaciones mostraron que, en la mayoría de los casos, los grillos utilizaban la esquiva para escapar de las hormigas anfitrionas, mientras que los incidentes de distanciamiento eran relativamente raros. Al observar el comportamiento de los grillos ya integrados en la colonia, los investigadores notaron que no se movían de manera uniforme, sino que tendían a permanecer cerca de ciertas ubicaciones, como áreas con escombros acumulados, zonas con papel húmedo y esquinas.
Tanaka añadió que «el comportamiento de esquiva es ventajoso para permanecer en áreas atractivas mientras se evitan las hormigas». Esta característica única de la esquiva podría ser una forma efectiva de permanecer en un lugar seguro, evitando a las hormigas entrantes y reduciendo el riesgo de ser atacado.
Al permanecer en lugares ventajosos y emplear cuidadosamente las dos estrategias, los grillos pueden sobrevivir en el entorno hostil de la colonia anfitriona. Tanaka espera que su investigación despierte el interés del público en el fascinante mundo de los insectos. «A menudo paseo por el campus de la Universidad de Nagoya para observar insectos. Recuerdo cuando vi a un grillo antígeno evadiendo hábilmente a las hormigas, a pesar de estar rodeado de ellas. Desde ese momento, me fascinó completamente este comportamiento», concluyó.
Más información:
Ryoya Tanaka et al, Switching escape strategies in the parasitic ant cricket Myrmecophilus tetramorii, Communications Biology (2024). DOI: 10.1038/s42003-024-07368-y