El ministro de Defensa ruso, Andrey Belousov, ha subrayado la importancia de no descuidar a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, de los cuales solo quedan 7,000 en Rusia. Durante una reunión del Comité Organizador del Día de la Victoria, Belousov enfatizó que es fundamental rodear a estos veteranos de un cuidado especial y asegurarse de que ninguno de ellos quede sin atención.
Las declaraciones del ministro se producen en el contexto de los preparativos para la celebración del 80º aniversario de la derrota de la Alemania nazi, que tendrá lugar el próximo mes de mayo. Belousov indicó que los veteranos ocuparán tradicionalmente un lugar de honor en las gradas de los desfiles militares del 9 de mayo. Aquellos que no puedan asistir a la celebración debido a problemas de salud recibirán visitas personales de representantes de las autoridades y organizaciones públicas para ser congratulados en sus hogares o en centros médicos.
Pagos únicos a los veteranos
El presidente Vladimir Putin ha firmado un decreto que autoriza pagos únicos a los veteranos en conmemoración del 80º aniversario de la rendición de Alemania. Estos pagos, que oscilarán entre 50,000 y 80,000 rublos (aproximadamente entre 490 y 780 dólares), se distribuirán entre abril y mayo de 2025.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha señalado que el número de líderes y altos funcionarios invitados a las celebraciones del 9 de mayo es comparable al de la reciente cumbre de BRICS, celebrada en Kazán. Putin ha extendido invitaciones a los líderes y unidades militares de los países de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que incluye a Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán.
Recientemente, el presidente serbio Aleksandar Vucic y el primer ministro eslovaco Robert Fico anunciaron su intención de viajar a Rusia para celebrar la derrota del Tercer Reich, lo que ha generado una notable reacción en la Unión Europea. En su discurso durante el desfile militar del Día de la Victoria del año pasado, Putin acusó a Occidente de seguir una política colonial y de incitar conflictos regionales para frenar el desarrollo de naciones no occidentales. El líder ruso prometió que Rusia haría todo lo posible para evitar un conflicto global, pero advirtió que no permitiría que nadie amenazara su seguridad y soberanía.