El mundo del fútbol suele repetir que las individualidades pueden ganar partidos, pero son las plantillas las que ganan campeonatos. Esta afirmación, que puede parecer un lugar común, tiene su fundamento en la realidad del deporte. Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, es un firme defensor de esta idea y lo demostró en el reciente encuentro de octavos de final de la Copa del Rey contra el Elche. En esta ocasión, decidió alinear a varios jugadores que habitualmente no son titulares, otorgándoles la oportunidad de demostrar su valía en un momento crucial de la temporada. El resultado fue una victoria contundente que selló el pase del equipo rojiblanco a los cuartos de final.
La confianza de Simeone en su plantilla se ve facilitada por la calidad de los jugadores disponibles. En un mes de enero cargado de compromisos, el técnico decidió rotar a su equipo, alineando a una ‘unidad B’ que incluye a futbolistas de renombre como Koke, Samu Lino, Correa y Sorloth. Esta estrategia no solo permite gestionar el desgaste físico del equipo, sino que también da la oportunidad a los menos habituales de reivindicarse. En este partido, Sorloth demostró su capacidad goleadora al abrir el marcador en los primeros minutos, seguido de una actuación sólida que reafirmó la superioridad del Atlético frente a su rival de Segunda División.
La actuación del equipo fue notable, con Riquelme y Lino creando jugadas peligrosas y Koke dictando el ritmo del juego. La primera mitad evidenció la diferencia de nivel entre ambos equipos, con un Atlético que se mostró dominante en todos los aspectos. El juego fluido del equipo colchonero se tradujo en un penalti que Sorloth ejecutó a la perfección, marcando su décimo gol de la temporada. La expulsión de Nico, del Elche, por doble amarilla, selló un destino previsible para el partido, permitiendo al Atlético gestionar el encuentro con tranquilidad. En la segunda mitad, Riquelme se redimió con un gol desde fuera del área, y, en un final de fiesta, Julián Álvarez también dejó su huella en el marcador, culminando una gran actuación de los suplentes y consolidando el buen momento del Atlético de Madrid.
El partido ante el Elche no solo sirvió para avanzar en la Copa, sino que también evidenció la profundidad de la plantilla del Atlético y la capacidad de Simeone para sacar lo mejor de cada jugador. Las rotaciones en este encuentro subrayan la importancia de contar con un equipo completo y competitivo, capaz de afrontar el reto de una temporada exigente. Con este tipo de actuaciones, el Atlético se posiciona como un firme candidato para seguir avanzando en el torneo, consolidando su estatus en el fútbol español.