La invasión rusa a Ucrania ha dejado un saldo devastador en términos de víctimas civiles. Según la Oficina del Procurador General de Ucrania, un total de 13.838 civiles han perdido la vida desde el inicio del conflicto, de los cuales 596 eran niños. Además, se han contabilizado 27.107 heridos, incluidos 1.734 menores de edad. Estas cifras reflejan la gravedad de la situación y la persistencia de ataques indiscriminados contra la población civil.
Los crímenes de guerra documentados por las autoridades ucranianas ascienden a 172.154 casos, de los cuales 152.012 son considerados estrictamente como crímenes de guerra. Este informe incluye actos de traición y otros delitos contra la seguridad del Estado, que suman 20.142 casos. La alta mortalidad civil se debe a la recurrencia de ataques armados, que en más de un 80% de los casos tienen como objetivo infraestructuras civiles.
Violaciones y crímenes contra menores
La fiscalía ucraniana ha registrado 335 crímenes de naturaleza sexual, de los cuales 16 afectan a niñas y 1 a un niño. Hasta el momento, solo cinco agresores han sido encarcelados, mientras que 38 están siendo procesados y 59 son buscados por la justicia. La mayoría de las víctimas son mujeres, con 215 agresiones documentadas en su contra, frente a 120 contra hombres.
Los ataques sexuales se han concentrado en las zonas ocupadas del este y sur de Ucrania. Las autoridades no han podido estimar el impacto total de la violencia sexual, especialmente considerando que más de 19.000 menores han sido trasladados a la fuerza a territorio ruso, lo que complica aún más la situación.
En el ámbito de los crímenes contra la infancia, hay abiertos 4.064 procedimientos, con solo 31 criminales encarcelados. Se han documentado 1.409 actos que se consideran crímenes de guerra, incluyendo 2.415 ataques a escuelas y guarderías.
La destrucción de infraestructuras civiles es alarmante, con 200.307 objetivos destruidos desde el inicio de la invasión, de los cuales 160.584 son viviendas. Los ataques a instalaciones educativas, sanitarias y culturales también son significativos, con 3.770 y 645 ataques respectivamente.
Además, se han registrado casos de uso de bombas termobáricas y proyectiles incendiarios, así como 62 casos abiertos por el uso de armas químicas. La dispersión de minas y trampas explosivas antipersona representa un grave riesgo para la población civil.
A medida que el conflicto se prolonga, la posibilidad de que Ucrania busque justicia internacional por violaciones del Derecho Internacional Humanitario se vuelve más tangible. La fiscalía ucraniana ha identificado a 748 sospechosos de diversos crímenes, incluyendo maltrato a prisioneros de guerra y daños al medio ambiente.
En este contexto, la lista de jerarcas militares y políticos rusos acusados de crímenes de guerra se eleva a 732 personas, incluyendo a altos mandos del Kremlin y propagandistas. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos y la respuesta de la justicia ucraniana ante tales atrocidades.
