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Justin Baldoni demanda a Blake Lively y Ryan Reynolds por 400 millones tras acusaciones de acoso sexual

In Cultura
enero 17, 2025

Justin Baldoni ha presentado una demanda contra Blake Lively, Ryan Reynolds, la publicista de la actriz, Leslie Sloan, y la empresa de relaciones públicas Vision PR por un total de 400 millones de dólares. Esta acción legal se produce tras una demanda previa de 250 millones de dólares de Baldoni contra el New York Times, y dos semanas después de que Lively demandara a Baldoni por supuestos casos de acoso sexual y represalias.

El abogado Bryan Freedman presentó la demanda el 16 de enero en Nueva York en nombre de Baldoni, su empresa Wayfarer Studios, el coproductor de It Ends With Us, Jamey Heath, la publicista Jennifer Abel y la publicista de crisis Melissa Nathan. Todos ellos fueron mencionados en la demanda de Lively, donde ésta acusó a Baldoni y Heath de conducta impropia en el set de la película y alegó que sus publicistas habían lanzado una campaña de desprestigio que arruinó su reputación. Todos los acusados han negado las acusaciones, y Freedman había insinuado la presentación de esta demanda durante semanas.

El equipo legal de Lively respondió a la demanda en un comunicado, acusando a Baldoni de culpar a la víctima. Según el documento de la demanda, Lively «robó» la película dirigida por Baldoni y, de no ser por la «catástrofe de prensa autoinfligida» que enfrentó en agosto de 2024, el público probablemente no habría conocido la verdad sobre ella.

Entre los detalles incluidos en el documento de 179 páginas, Baldoni alegó que sintió presión para permitir que Lively reescribiera una escena debido a la influencia de Taylor Swift y Reynolds. El documento sostenía que Lively nunca leyó el bestseller de Colleen Hoover, It Ends With Us, y que solo buscó en Google el color de pelo de su personaje, Lily. Además, Lively supuestamente se negó a reunirse con la organización asociada a la película que aborda la violencia doméstica y realizó una gira de prensa «insensible».

La demanda también aborda la afirmación de Lively sobre escenas de besos improvisados, donde Baldoni defendió que ella era quien iniciaba esas interacciones. Según la demanda, la relación de trabajo entre ambos era profesional y se desarrollaba dentro de los parámetros de la filmación de escenas románticas.

Esta última demanda de Justin Baldoni, Wayfarer Studios y sus asociados es otro capítulo en el manual del abusador. Esta es una historia antigua: una mujer habla con pruebas concretas de acoso sexual y represalias, y el abusador intenta cambiar la narrativa en su contra.

El comunicado del equipo legal de Lively también subrayó el uso de recursos de Baldoni para lanzar demandas sin mérito y amenazar con litigios, lo que, según ellos, busca abrumar a la opinión pública y desviar la atención de las acusaciones de acoso sexual.

Entre las reclamaciones de Baldoni se encuentran la invasión de la privacidad en falsa luz, la violación de un pacto implícito de buena fe y el interferir intencionadamente con relaciones contractuales y ventajas económicas. La demanda afirma que esto no se trata de un conflicto entre celebridades, sino de «dos de las estrellas más poderosas del mundo utilizando su enorme poder para robar una película de las manos de su director y estudio de producción».

Para respaldar sus afirmaciones, Baldoni presentó mensajes de texto que supuestamente demuestran una relación laboral cercana con Lively antes del rodaje, aunque también se alegó que ella intentó ejercer control creativo sobre la película, incluyendo demandas sobre su vestuario que no estaban estipuladas en su contrato.

Baldoni admitió haber enviado un mensaje de texto a su entrenador sobre el peso de Lively, pero argumentó que fue por razones de entrenamiento. Según su versión, la reacción de Reynolds y Lively fue tan agresiva que se sintió obligado a ofrecer disculpas repetidamente por lo que consideraba una pregunta razonable.

El desarrollo de este caso es un claro reflejo de las tensiones que pueden surgir en el entorno de trabajo de Hollywood, especialmente cuando se cruzan acusaciones de acoso sexual con disputas sobre el control creativo y la reputación pública de los involucrados. A medida que avanza esta situación, el escrutinio sobre cómo se manejan estas dinámicas en la industria del entretenimiento seguirá siendo objeto de atención tanto en los medios como entre el público.

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Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.