Carles Puigdemont ha reiterado su posición, lanzando un nuevo ultimátum al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para recordarle la importancia de los siete votos de su partido en el contexto político actual. Sin embargo, en el Palacio de la Moncloa son plenamente conscientes de que tanto Puigdemont como Sánchez comparten un interés común en evitar la conclusión de la legislatura: ninguno de los dos desea que se produzcan elecciones anticipadas. De este modo, el Gobierno parece participar en el juego que propone el líder de Junts, manteniendo un equilibrio delicado de negociaciones.
La comparecencia de Puigdemont ha sido seguida con atención por el Ejecutivo, que no ve su decisión de suspender las negociaciones como una ruptura definitiva. Aunque el líder de Junts ha dejado entrever que está dispuesto a reanudar conversaciones en el futuro, algunas fuentes de Moncloa indicaron que no hay novedades significativas en la situación actual, sugiriendo que el statu quo se mantiene. A pesar de que las relaciones con Junts se están tensando progresivamente, el Gobierno insiste en su compromiso con el diálogo y el consenso, buscando mantener a flote la legislatura.
Esfuerzos del Gobierno para mantener el diálogo con Junts
La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, ha manifestado que el Gobierno seguirá trabajando «hasta la extenuación» para restablecer los puentes con Junts, mientras que el ministro de Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha subrayado que el diálogo es una de las principales características del gabinete de Sánchez. Estas declaraciones se produjeron en el contexto del anuncio de Puigdemont de suspender todas las negociaciones con el PSOE, incluidas las relacionadas con los Presupuestos Generales del Estado.
Montero destacó la inagotable capacidad del Gobierno para alcanzar acuerdos y generar confianza, reafirmando la intención de continuar trabajando con Junts y otros grupos políticos. Asimismo, hizo hincapié en que el Ministerio de Hacienda persistirá en las conversaciones con el resto de las formaciones políticas para facilitar la aprobación de nuevas cuentas públicas cuando se den las condiciones adecuadas. En el ámbito político más amplio, Montero también abordó la cuestión de una posible moción de censura del PP, sugiriendo que su líder, Alberto Núñez Feijóo, está más centrado en sus propios problemas internos que en plantear una alternativa al Gobierno actual.
