La crisis climática y los incendios en Los Ángeles: un cambio necesario en la planificación urbana
Los recientes incendios en Los Ángeles han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de una ciudad que ha sido diseñada para un clima que ya no existe. Jeff Goodell, periodista con una larga trayectoria en la cobertura del cambio climático, señala que no hay nivel de preparación que podría haber alterado de forma significativa el curso de esta catástrofe, la cual ha sido impulsada por decisiones de planificación urbana tomadas hace décadas y por más de un siglo de contaminación por combustibles fósiles. El año 2024 ha sido catalogado como el más caluroso jamás registrado, lo que refuerza la idea de que las condiciones actuales exigen una reevaluación radical de nuestra infraestructura y urbanismo.
El crecimiento desmedido de la vegetación debido a un ciclo de lluvias excesivas seguido por una sequía extrema ha creado un ambiente propicio para incendios de gran magnitud y velocidad. Anteriormente, la temporada de incendios en el sur de California se limitaba a unos pocos meses al año, pero ahora se ha convertido en un problema casi permanente. Goodell advierte que la combinación de vientos de Santa Ana de hasta 160 kilómetros por hora, vegetación seca y viviendas construidas en áreas de difícil acceso son una «receta» para desastres como el que se está viviendo. La reflexión sobre la planificación urbana y la necesidad de materiales de construcción más resistentes al fuego son cruciales en este contexto.
En el marco de la conversación sobre el cambio climático, Goodell también destaca el fenómeno de la “ciencia de la atribución”, que permite a los científicos establecer la relación entre eventos climáticos extremos y la contaminación por carbono. Esta herramienta puede resultar fundamental para responsabilizar a las empresas de combustibles fósiles por los daños causados por el cambio climático. A medida que el mundo enfrenta un clima cada vez más extremo, es imperativo que se tomen decisiones informadas y que se replantee cómo se construyen nuestras ciudades, asegurando que estén mejor preparadas para enfrentar las realidades del clima actual. La oportunidad de transformar la infraestructura de Los Ángeles y hacerla más resiliente frente a futuros desastres climáticos está presente, pero se requiere un cambio de mentalidad y una inversión significativa en la planificación urbana y en la infraestructura pública.