TikTok ha confirmado su intención de suspender sus operaciones en Estados Unidos el próximo 19 de enero, a pesar de la reciente decisión del presidente saliente, Joe Biden, de dejar el futuro de la red social en manos de su sucesor, Donald Trump. La compañía ha señalado que la postura adoptada por Biden «no ha logrado brindar la claridad y la seguridad necesarias» para continuar con sus actividades en el país norteamericano.
En un comunicado, TikTok advirtió que, a menos que el Gobierno de Biden emita una declaración definitiva que tranquilice a los proveedores de servicios críticos, asegurando que no habrá acciones legales en su contra, se verá obligada a suspender su operación el 19 de enero. Esta situación se produce en un contexto de creciente preocupación por la seguridad nacional y la influencia de empresas chinas en el mercado estadounidense.
Contexto legal y político
El Tribunal Supremo de Estados Unidos dio luz verde recientemente a una ley que obliga a TikTok a cesar su actividad en el país antes del 19 de enero, debido a su vinculación con la empresa matriz china, ByteDance. Este veto tiene su origen en una legislación aprobada por el Congreso en abril de 2024, que contaba con el apoyo tanto de demócratas como de republicanos. La ley otorgaba a ByteDance un plazo de nueve meses para vender las operaciones de TikTok en EE.UU. a un inversor que no fuera considerado un «adversario» del país. En caso de no cumplir con esta condición, la aplicación sería prohibida por motivos de seguridad nacional.
La responsabilidad de tomar medidas contra TikTok recaerá en Biden hasta el 19 de enero, aunque la Casa Blanca ha decidido transferir esta responsabilidad a Trump, quien asumirá el cargo al día siguiente. Trump ha manifestado que está explorando opciones para garantizar la continuidad de la plataforma y que tomará una decisión «en un futuro no muy lejano».
Este conflicto entre la administración estadounidense y TikTok refleja una creciente tensión en las relaciones entre Estados Unidos y China, así como un debate más amplio sobre la seguridad de los datos y la privacidad en la era digital. La situación plantea interrogantes sobre el futuro de las plataformas tecnológicas y su regulación en un entorno global cada vez más competitivo y polarizado.