Indonesia ha abierto su intercambio de carbono a compradores internacionales, una decisión que busca recaudar fondos para cumplir con sus ambiciosos objetivos climáticos. Esta iniciativa, que permite la entrada de inversionistas extranjeros, se enmarca en un esfuerzo más amplio del país por abordar su considerable dependencia del carbón y su alta emisión de gases de efecto invernadero.
El mercado de carbono, lanzado inicialmente en septiembre de 2023 para jugadores nacionales, permite a las empresas adquirir créditos de carbono generados por actividades que evitan o reducen las emisiones de dióxido de carbono. Estos créditos pueden ser comprados por empresas que buscan compensar sus propias emisiones, ya sea para cumplir con regulaciones o para fortalecer su imagen ambiental.
Desafíos y compromisos de Indonesia
Indonesia, uno de los mayores contaminadores del mundo, ha enfrentado críticas por su escaso progreso en un plan de inversión de varios miles de millones de dólares acordado con Estados Unidos y naciones europeas en 2022, destinado a reducir su dependencia del carbón en su red eléctrica. El nuevo presidente, Prabowo Subianto, ha adelantado el plazo para alcanzar la neutralidad de carbono de 2060 a 2050, y se ha comprometido a cerrar cientos de plantas de energía de carbón y combustibles fósiles para 2040.
A pesar de estas promesas, el gobierno ha proporcionado pocos detalles sobre cómo logrará su objetivo de construir más de 75 gigavatios de capacidad de energía renovable para 2040. Se espera que los fondos recaudados a través de las ventas de créditos de carbono en el nuevo intercambio financien parte de esta transición ecológica.
El lanzamiento del intercambio ha sido calificado como un «hito importante en nuestro viaje colectivo hacia un futuro sostenible» por el ministro de Medio Ambiente, Hanif Faisol Nurofiq. Sin embargo, este movimiento se produce en un contexto crítico tras la aprobación de nuevas directrices sobre el comercio de créditos de carbono a nivel nacional en la COP29 del año pasado.
A pesar de las expectativas, el intercambio de créditos de carbono ha sido objeto de críticas en años recientes debido a escándalos relacionados con contabilidad deficiente y fraudes en algunos proyectos. El ministro Nurofiq ha asegurado que el gobierno garantizará cada crédito emitido en el intercambio y que se establecerán controles para evitar la doble contabilización de las emisiones.
Sin embargo, algunos expertos se muestran escépticos ante la efectividad del intercambio, señalando que el mercado nacional ha atraído relativamente poco interés. Fabby Tumiwa, director ejecutivo del Instituto de Reformas de Servicios Esenciales, comentó que si la demanda interna fuera alta, no sería necesario abrir el mercado a entidades extranjeras. Además, expresó su preocupación sobre la «adicionalidad» de los proyectos en el mercado, un concepto que se refiere a demostrar que las reducciones de emisión no habrían ocurrido sin la existencia de los créditos.
La compatibilidad de los créditos disponibles en el intercambio con los estándares establecidos por otros países también ha sido cuestionada. A pesar de estas inquietudes, al menos nueve transacciones se realizaron al inicio de la jornada del lunes, contabilizando más de 41,000 toneladas de dióxido de carbono equivalente, según un informe en la bolsa de valores.
