En la búsqueda por hacer que los manzanos sean más resistentes ante el cambio climático, un grupo de investigadores en Michigan ha encontrado una posible solución en un antiguo árbol nativo: el Malus coronaria. Este árbol, que florece entre dos y tres semanas más tarde que las variedades cultivadas de manzana, como la Honeycrisp o la Red Delicious, ha desarrollado una estrategia natural para evitar las heladas primaverales que pueden devastar la producción de fruta.
El profesor de horticultura y genetista de plantas en la Universidad Estatal de Michigan, Steve van Nocker, ha afirmado que esta diferencia en el tiempo de floración, aunque parezca mínima, resulta ser suficiente para proteger las flores del frío extremo. El objetivo de su investigación es identificar los genes responsables de este retraso en la floración y utilizarlos para crear nuevas variedades de manzanos que sean más resistentes a las heladas. Sin embargo, este proceso podría tardar décadas, ya que implica explorar los bosques en busca de estos árboles.
Innovaciones en la agricultura para afrontar el cambio climático
La investigación sobre el Malus coronaria es solo una de las múltiples iniciativas que están tomando forma en el sector agrícola para hacer frente a las imprevisibles condiciones climáticas. En Europa y Corea del Sur, por ejemplo, los agricultores están experimentando con paneles solares en viñedos y huertos, los cuales no solo protegen las frutas de daños por granizo y sol, sino que también permiten la entrada de luz y calor cuando es necesario.
En los Estados Unidos, los avances no se detienen. Investigadores de la Universidad de Maryland han desarrollado una variedad de manzana más tolerante al calor, mientras que un equipo de la Universidad Estatal de Pensilvania ha creado un vehículo no tripulado que, alimentado por propano, puede recorrer huertos y calentar automáticamente los árboles para protegerlos de las heladas.
Las iniciativas son cruciales, dado que el cambio climático ha comenzado a impactar de manera adversa en la producción de manzanas. Según un estudio de la Universidad Estatal de Washington, los principales condados productores de manzanas en Michigan, Nueva York y Washington han experimentado un descenso en los días fríos y un aumento en las noches cálidas durante el otoño, lo que altera los ciclos de floración de los árboles y aumenta el riesgo de daño por sol, afectando la calidad de la fruta.
En este contexto, van Nocker y su asistente de posgrado, Lily «Kaz» Christian, han estado investigando en un parque público de Michigan, donde han encontrado algunos ejemplares de Malus coronaria. Este árbol, conocido como el cangrejo dulce, fue una vez tan común en el estado que sus flores fueron designadas como la flor estatal en 1897. Sin embargo, su población ha ido en declive debido a la urbanización, y muchos de los árboles restantes apenas producen nuevos brotes o frutos.
El proceso de recolección de muestras consiste en cortar pequeñas secciones de los tallos, que posteriormente serán analizadas para confirmar que se trata de Malus coronaria y no de un híbrido. Estas muestras, junto con las obtenidas en expediciones anteriores, se injertarán en un patrón de manzano, permitiendo así que crezcan árboles idénticos a los originales.
A pesar de que el objetivo no es reemplazar variedades populares como Fuji o Honeycrisp con el Malus coronaria —cuya fruta es pequeña, verde y amarga—, van Nocker busca identificar los genes que propician la floración tardía para que los criadores puedan desarrollar nuevas manzanas comerciales. Además, enviará semillas al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para asegurar que este recurso genético no se pierda, en caso de que el árbol continúe en declive.
La creación de una variedad comercial con floración tardía podría llevar décadas. El cruce de un Malus coronaria con un manzano comercial para obtener un nuevo híbrido requiere varios años, y el proceso de cría se prolongará hasta que se desarrollen manzanas con las características deseadas de ambas variedades.
Ante la posibilidad de que el cambio climático ponga en riesgo la producción de manzanas en Michigan, la labor de mejorar las variedades cultivadas, especialmente en lo que respecta a la resistencia a las heladas, se vuelve primordial.