Vivek Ramaswamy, el empresario biotecnológico que había sido designado para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) junto al CEO de Tesla y SpaceX, Elon Musk, se encuentra en la antesala de abandonar este cargo. Según múltiples informes, Ramaswamy planea anunciar su candidatura para la gobernatura de Ohio en lugar de continuar en el DOGE, una decisión que ha sido confirmada por diversas fuentes cercanas al entorno del expresidente Donald Trump.
La decisión de Ramaswamy de retirarse del DOGE se ha visto impulsada por su desempeño considerado insatisfactorio y su escasa participación en las actividades del departamento, lo que ha generado descontento en Musk. Un informante cercano a Trump ha declarado: “Vivek ha agotado su bienvenida”, lo que sugiere que su permanencia en el cargo se había vuelto insostenible.
La carrera por la gobernatura de Ohio
Según un informe de Politico, Ramaswamy tiene previsto formalizar su candidatura para la gobernatura de Ohio a finales de enero. Este movimiento se produce en un contexto donde el actual gobernador de Ohio, Mike DeWine, ha optado por nombrar a su propio vicegobernador, Jon Husted, como reemplazo del senador electo JD Vance, dejando a Ramaswamy fuera de una posición que se consideraba probable para él.
Con la salida de Ramaswamy, el DOGE quedará bajo el control casi exclusivo de Musk, quien ha sido descrito como el verdadero motor de esta iniciativa. Algunos miembros del círculo cercano a Trump ven la campaña gubernamental de Ramaswamy como una estrategia para despejar el camino para Musk, quien ha mostrado un interés considerable en influir en la política estadounidense. Un asesor informal de Trump ha comentado: “Elon básicamente dirige el espectáculo. El tiempo es su mayor enemigo. Veremos”.
El DOGE, que surgió como una idea durante la campaña presidencial de Trump el verano pasado, no se convertirá en un departamento ejecutivo federal completo, ya que su creación requeriría la aprobación del Congreso. Sin embargo, su objetivo es reducir el gasto gubernamental en hasta 2 billones de dólares para julio de 2026, lo que refleja la ambición de la administración Trump de implementar reformas significativas en la gestión pública.