La Escuela Portuguesa de Arte Ecuestre, ubicada en Lisboa, ha sido recientemente reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta distinción resalta la importancia de esta institución en la preservación y difusión de las tradiciones ecuestres que datan del siglo XVIII, centradas en la elegante disciplina de la doma clásica.
La escuela es famosa por su dedicación al caballo Lusitano, una raza autóctona de Portugal que ha sido fundamental en el desarrollo de la equitación en el país. Los caballos Lusitanos son reconocidos por su agilidad, inteligencia y temperamento, cualidades que los hacen ideales para las complejas figuras y movimientos que caracterizan la doma clásica.
La práctica de la doma en esta escuela no es solo un deporte, sino también un arte que combina técnica, estética y una profunda conexión entre el jinete y el caballo. Las exhibiciones que se llevan a cabo en la escuela son una muestra del legado cultural que se ha transmitido a lo largo de los siglos, destacando la destreza de los jinetes y la belleza de los caballos en una coreografía que evoca la tradición ecuestre de la nobleza europea.
El reconocimiento por parte de la UNESCO no solo pone de relieve la relevancia cultural de la Escuela Portuguesa de Arte Ecuestre, sino que también promueve su preservación y la difusión de su conocimiento a nivel internacional. Este tipo de reconocimiento es esencial para que las futuras generaciones puedan disfrutar y aprender sobre esta rica tradición, que forma parte integral de la identidad cultural de Portugal.
Además, la inclusión de esta escuela en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad puede tener un impacto significativo en el turismo cultural en Lisboa, atrayendo a visitantes interesados en las artes ecuestres y la historia que las rodea. Así, la escuela no solo se convierte en un centro de formación y exhibición, sino también en un punto de encuentro para amantes del arte ecuestre de todo el mundo.
