El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que prohíbe a los funcionarios del gobierno violar la libertad de expresión bajo el pretexto de combatir la desinformación. Esta medida se produce en un contexto donde las acusaciones de censura han estado en el centro del debate político, especialmente durante la pandemia de Covid-19 y las elecciones presidenciales de 2020.
En el documento, Trump acusa a su predecesor, Joe Biden, de “censurar el discurso de los estadounidenses en plataformas en línea” y de presionar a las empresas de redes sociales para que “moderen, desplatformen o de otro modo supriman el discurso que el gobierno federal no aprobaba”.
La defensa de la libertad de expresión
La orden ejecutiva establece que “bajo el pretexto de combatir la ‘desinformación’, ‘información errónea’ y ‘malinformación’, el gobierno federal ha infringido los derechos de expresión protegidos constitucionalmente de los ciudadanos estadounidenses de una manera que favorece la narrativa preferida del gobierno sobre asuntos significativos de debate público”. En este sentido, Trump ha dejado claro que considera intolerable la censura gubernamental en una sociedad libre.
La orden también instruye a las autoridades para que “se aseguren de que ningún funcionario, empleado o agente del gobierno federal participe o facilite cualquier conducta que infrinja inconstitucionalmente la libertad de expresión de ningún ciudadano estadounidense”. Esta medida se alinea con las preocupaciones expresadas por muchos aliados de Trump, quienes han sostenido que el gobierno ha utilizado su poder para silenciar opiniones disidentes en línea.
Un ejemplo de esta supuesta censura ocurrió en 2020, cuando Twitter y Facebook tomaron medidas para limitar la difusión de una historia del New York Post sobre el portátil de Hunter Biden. Los republicanos calificaron este incidente como un acto de censura. Además, comunicaciones internas publicadas por el empresario tecnológico Elon Musk, quien adquirió Twitter en 2022 y lo renombró como X, revelaron que el FBI había solicitado a Twitter que eliminara cuentas que, según ellos, estaban difundiendo desinformación electoral.
Por su parte, Mark Zuckerberg, propietario de Facebook, declaró recientemente que las autoridades habían presionado a su plataforma para eliminar materiales considerados como desinformación sobre Covid-19, incluyendo memes relacionados con la vacunación. Estos acontecimientos han reavivado el debate sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la necesidad de combatir la desinformación en la era digital.
