WASP-127b: El planeta con vientos supersonicos
En la parte superior de la atmósfera terrestre, un veloz flujo de aire conocido como la corriente en chorro sopla a velocidades superiores a las 442 kilómetros por hora. Sin embargo, estos vientos no son los más fuertes de nuestro sistema solar. En Neptuno, los vientos a gran altura alcanzan aproximadamente los 2,000 kilómetros por hora. Aún así, estos son un susurro en comparación con los vientos del planeta WASP-127b, donde se han detectado ráfagas que superan los 33,000 kilómetros por hora. Este gigante gaseoso se encuentra en nuestra galaxia, a unos 520 años luz de la Tierra, orbitando estrechamente alrededor de una estrella similar al Sol.
Los vientos circulando en el ecuador de WASP-127b son los más rápidos de su tipo en cualquier planeta conocido. Según la astrofísica Lisa Nortmann, de la Universidad de Göttingen en Alemania, quien lidera el estudio publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, «hay un jet circumplanetario extremadamente rápido encontrado en el planeta. La velocidad de los vientos es sorprendentemente alta». WASP-127b pertenece a la categoría de los «Júpiter calientes», una clase de gigantes gaseosos que orbitan muy cerca de su estrella anfitriona. Con un diámetro aproximadamente un 30% mayor que el de Júpiter, este planeta presenta una masa que solo equivale al 16% de la de su contraparte solar, lo que lo convierte en uno de los planetas menos densos y más «inflados» observados hasta la fecha.
El planeta orbita su estrella cada cuatro días, a una distancia que equivale a solo el 5% de la que existe entre la Tierra y el Sol, lo que provoca que su superficie esté sometida a una intensa radiación estelar. Así como la Luna siempre muestra la misma cara a la Tierra, un lado de WASP-127b siempre está expuesto a su estrella, mientras que el lado opuesto permanece en la oscuridad. La temperatura de su atmósfera alcanza los 1,400 grados Kelvin, aproximadamente 1,127 grados Celsius, siendo su región polar menos caliente que el resto. Aunque al igual que Júpiter, WASP-127b está compuesto principalmente de hidrógeno y helio, su atmósfera también contiene trazas de moléculas más complejas como el monóxido de carbono y agua, identificadas en este estudio.
Los investigadores han utilizado el instrumento CRIRES+ en el Telescopio Muy Grande de la Observación Europea del Sur, en Chile, para rastrear la velocidad de las moléculas en la atmósfera del planeta. Mediante el método de «tránsito», observaron los cambios en el brillo de la estrella anfitriona cuando el planeta pasaba frente a ella, desde la perspectiva de un observador en la Tierra. Gracias a las mejoras en la instrumentación, las técnicas de observación y el análisis de datos, los científicos están avanzando en la comprensión de las atmósferas de los exoplanetas. «Estamos pasando de inferir propiedades promedio, como la temperatura global o las abundancias químicas, a explorar los aspectos tridimensionales de estas atmósferas», señala David Cont, astrofísico y coautor del estudio. Estos hallazgos demuestran cuánto queda por descubrir y cómo cada nueva observación sorprende en este campo en rápida evolución.
