El expresidente salvadoreño Mauricio Funes, quien ocupó el cargo entre 2009 y 2014, ha fallecido a los 65 años en Nicaragua, país donde se encontraba asilado. Según un comunicado del Gobierno nicaragüense, su muerte se produjo como resultado de una «grave dolencia crónica».
El Ministerio de Salud del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua informó que Funes, cuyo nombre completo era Carlos Mauricio Funes Cartagena, falleció a las 21:35 horas (03:45 GMT del miércoles). La nota oficial subrayó que había estado recibiendo atención médica desde su llegada a Nicaragua, donde su situación de salud se había deteriorado debido a múltiples dolencias crónicas.
A solicitud de sus familiares, el expresidente recibió el sacramento de la extremaunción por parte del sacerdote nicaragüense Antonio Castro Granados, lo que refleja la gravedad de su estado en las horas previas a su fallecimiento. El Gobierno de Daniel Ortega expresó sus condolencias a los familiares, amigos y compañeros de Funes, destacando la tristeza que su muerte ha causado en ambos países.
Controversias y condenas
Funes, quien se encontraba en el exilio desde 2016, fue condenado en mayo de este año a 14 años de prisión en El Salvador por delitos relacionados con una tregua entre pandillas durante su mandato. Esta condena se produjo tras una reforma legal que permite juzgar a los expresidentes en ausencia, convirtiéndose en el segundo presidente salvadoreño en recibir una sentencia de cárcel en la era democrática del país.
El expresidente había llegado a Nicaragua en 2016 y, en 2019, recibió la nacionalidad nicaragüense, lo que le otorgó protección ante posibles extradiciones, dado que la Constitución de Nicaragua prohíbe la extradición de sus ciudadanos. Funes residía en el país centroamericano junto a su hijo, y ambos recibían salarios del Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense, lo que ha generado críticas sobre la utilización de recursos públicos en su favor.
La Fiscalía salvadoreña ha señalado que Funes formó una red durante su presidencia para desviar fondos a cuentas bancarias particulares, de las cuales se sustrajeron más de 292 millones de dólares. Esta situación ha dejado una huella profunda en la política salvadoreña, donde la corrupción y la impunidad han sido temas recurrentes en los últimos años.
La muerte de Mauricio Funes marca el final de una figura controvertida en la política de El Salvador, cuya gestión estuvo marcada por la polarización y la crítica tanto a nivel nacional como internacional.
