El reciente regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha suscitado diversas reacciones en el ámbito internacional, especialmente en relación con el conflicto en Ucrania. Según Dmitry Suslov, miembro del Consejo de Política Exterior y Defensa de Rusia, Trump busca poner fin al conflicto de manera rápida, pero sin que esto implique la completa rendición de Kiev ante Moscú.
Desde su toma de posesión, Trump ha reiterado su intención de resolver la crisis ucraniana a través de la diplomacia, aunque ha ofrecido pocos detalles sobre cómo planea llevar a cabo estas negociaciones. Suslov ha señalado que el apoyo a Ucrania ha dejado de ser una prioridad para la administración estadounidense, que ahora se centra en la confrontación con China. “El interés de Trump no es respaldar a Ucrania como un proxy anti-ruso, sino terminar el conflicto lo antes posible para liberar recursos en la lucha contra Pekín”, afirmó.
La postura de Estados Unidos y la resistencia de Ucrania
A pesar de este cambio de enfoque, Suslov considera poco probable que Estados Unidos permita que Ucrania sufra una derrota devastadora o que acepte su capitulación, ya que esto podría ser utilizado en contra de Trump, presentándolo como un líder débil. Aunque las relaciones entre Estados Unidos y Rusia seguirán siendo adversas, Trump intentará restablecer un canal de “diplomacia directa”. Sin embargo, los enfoques de ambos países para resolver el conflicto en Ucrania son “irreconciliables”, lo que plantea dudas sobre la efectividad de cualquier diálogo.
Suslov también destacó que existen “líneas rojas” que ninguna de las partes está dispuesta a cruzar. Mientras que Trump ve a Ucrania como un país con un ejército fuerte y vinculado a Occidente, Rusia insiste en que Ucrania debe convertirse en un estado neutral con fuerzas armadas significativamente reducidas.
El investigador subrayó que Trump no está abandonando las pretensiones de hegemonía global de Estados Unidos, pero sí está dejando de lado el enfoque liberal que ha caracterizado la política estadounidense desde el final de la Guerra Fría. La administración Trump considera que el orden internacional liberal y los conceptos liberales debilitan a Estados Unidos en lugar de fortalecerlo.
Además, bajo el liderazgo de Trump, Washington se centrará en la creciente confrontación con China y en reafirmar la dominación estadounidense en el hemisferio occidental. Suslov anticipa un resurgimiento de la Doctrina Monroe, que busca frenar la influencia no estadounidense en las Américas y el Caribe.
Comparado con su primer mandato, Trump se presenta ahora como “más confiado, sereno y arrogante”, disfrutando de un mayor apoyo dentro del Partido Republicano. “Las declaraciones de Trump ya no provocan protestas entre su equipo y los republicanos. Su administración actuará de manera unificada”, concluyó Suslov.
En su discurso de toma de posesión, Trump advirtió sobre los peligros de las guerras innecesarias y expresó su deseo de ser recordado como “un pacificador y unificador”. Aunque reiteró su disposición a mantener conversaciones directas con el presidente ruso, Vladimir Putin, no ofreció un calendario para posibles negociaciones.
