Pedro Sánchez se enfrenta a un creciente escrutinio sobre la viabilidad de su Gobierno, el cual se sostiene en acuerdos parlamentarios que no aseguran una estabilidad legislativa. Desde la oposición, el Partido Popular (PP) ha acusado al presidente de «priorizar su supervivencia política» por encima de las necesidades del país. Los recientes desacuerdos con sus socios de gobierno evidencian la fragilidad del Ejecutivo, lo que plantea serias dudas sobre su capacidad para gobernar de manera efectiva.
Durante una comparecencia, dirigentes del PP afirmaron que Sánchez está «atrapado» en una situación insostenible, subrayando que «compró una investidura, pero no un apoyo parlamentario para gobernar«. Este comentario hizo referencia a las crecientes dificultades del Gobierno para avanzar en iniciativas clave dentro del Congreso. Además, el PP ha criticado que la revalorización de las pensiones se haya convertido en un «chantaje político«, instando a que estas medidas se tramiten a través de un decreto ley dedicado exclusivamente a ese fin, en lugar de buscar réditos políticos.
Conflictos con socios y la falta de colaboración
La visita de Sánchez a Valencia, donde abordó las consecuencias de la DANA, también suscitó críticas por parte de la Generalitat Valenciana. El president Carlos Mazón denunció que el Gobierno central «no ha mostrado disposición a trabajar en conjunto» con las administraciones locales, indicando que hace tres meses Sánchez «abandonó a los valencianos» sin implementar las medidas necesarias. En un tono similar, Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, resaltó que su partido ha estado presente desde el inicio apoyando a los afectados por la catástrofe.
Además, el PP ha señalado una creciente tensión entre el Gobierno y algunos de sus socios parlamentarios, como el PNV. Este nerviosismo, según el PP, es resultado de «haberse caído en los brazos del sanchismo«. A su vez, se han cuestionado la legalidad de ciertos acuerdos económicos entre el Ejecutivo y los nacionalistas vascos, sugiriendo que «estos pagos no pueden hacerse a costa de todos los españoles«. La falta de un apoyo sólido en el Congreso y los conflictos internos han alimentado las especulaciones sobre un posible adelanto electoral, con la oposición insistiendo en que la única salida responsable ante la situación actual sería convocar elecciones para proporcionar a España la estabilidad que necesita.
