El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha nombrado a Sean Curran como nuevo director del Servicio Secreto (USSS), tras haber liderado su equipo de seguridad durante la campaña electoral. Curran es conocido por su valentía, habiendo protegido a Trump durante un intento de asesinato en Butler, Pennsylvania, donde un tirador abrió fuego, resultando en la muerte de un miembro del público y heridas a otros dos antes de ser neutralizado.
En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump elogió a Curran, describiéndolo como un «gran patriota» que ha protegido a su familia en los últimos años. El presidente destacó que Curran «demostró su valentía al arriesgar su propia vida para salvar la mía de una bala de un asesino en Butler, Pennsylvania».
Controversias en torno a la elección de Curran
La decisión de Trump de nombrar a Curran llega en un momento de controversia, ya que dos comisiones bipartidistas recomendaron que el próximo presidente eligiera a alguien ajeno a la agencia para liderar el USSS. A diferencia de otros puestos en el gabinete o del director del FBI, la elección del director del Servicio Secreto no requiere la aprobación del Senado.
Curran, quien comenzó su carrera en 2001, ha estado al mando del equipo de seguridad de Trump durante los últimos cuatro años, supervisando a más de 80 agentes. Sin embargo, su falta de experiencia en la sede del USSS en Washington ha suscitado dudas sobre su capacidad para gestionar la agencia en un momento crítico, especialmente tras las recientes críticas a su funcionamiento. A pesar de esto, su reputación como agente es sólida, según informes del New York Times que citan a personas que han trabajado con él.
El nombramiento de Curran se produce tras la renuncia de Kimberly Cheatle, quien dejó el cargo debido a la intensa presión por las fallas de seguridad del USSS en el evento de Butler. Investigaciones posteriores revelaron que durante el mitin, no había un agente designado para coordinar la seguridad, lo que llevó a que varios agentes fueran puestos en deber restringido.
La elección de Curran refleja la confianza que Trump tiene en él, aunque plantea interrogantes sobre la dirección futura del Servicio Secreto en un contexto de creciente escrutinio público y político.
