El Senado de Estados Unidos ha confirmado la nominación de Pete Hegseth como nuevo secretario de Defensa, un cargo que asume en medio de un clima de controversia y división política. La votación, que terminó en empate con 50 votos a favor y 50 en contra, fue decidida por el voto dirimente del vicepresidente JD Vance, quien tuvo que intervenir para romper la igualdad. Esta situación refleja las tensiones actuales en el Senado, donde las líneas partidistas son cada vez más marcadas.
Entre los que se opusieron a la nominación de Hegseth se encuentran no solo los senadores demócratas, sino también dos republicanas, Susan Collins y Lisa Murkowski, así como el veterano Mitch McConnell. Esta oposición ha sorprendido a muchos, incluido el propio Donald Trump, quien había respaldado la elección de Hegseth para liderar el Departamento de Defensa.
Controversias en torno a la nominación
La llegada de Hegseth a este puesto no está exenta de polémica. Se han presentado serias acusaciones en su contra, incluyendo denuncias de abuso sexual y un historial de comportamiento cuestionable. Una excuñada de Hegseth ha declarado bajo juramento que él fue «abusivo» con su segunda esposa, Samantha Hegseth, y que estaba «intoxicado» en diversas ocasiones. A pesar de estas acusaciones, Hegseth ha rechazado rotundamente los señalamientos, calificándolos de persecución política.
Durante su audiencia en el Senado, Hegseth se defendió argumentando que su nominación representa un cambio necesario en el Departamento de Defensa, al que pretende devolver su enfoque en la lucha contra la guerra. Sin embargo, su trayectoria ha sido objeto de críticas, especialmente en relación con su gestión de organizaciones de veteranos que han enfrentado problemas financieros.
La senadora demócrata Patty Murray, vicepresidenta del Comité de Apropiaciones, cuestionó la idoneidad de Hegseth para manejar un presupuesto de casi 900.000 millones de dólares, recordando su implicación en la quiebra de una organización sin fines de lucro dedicada a los veteranos. Este tipo de críticas ha alimentado el debate sobre su capacidad para liderar el Pentágono en un momento en que la seguridad nacional es una prioridad crucial.
De haberse rechazado su nominación, Hegseth habría sido el primer candidato a secretario de Defensa en ser rechazado desde 1989, cuando John Tower no logró obtener el apoyo necesario. La confirmación de Hegseth, a pesar de las controversias, pone de manifiesto la polarización política en el Senado y el impacto que las decisiones del presidente Trump continúan teniendo en la política estadounidense.