La reciente decisión de la administración saliente de Joe Biden de imponer un nuevo paquete de sanciones a las empresas petroleras rusas ha generado un impacto significativo en el panorama energético global, especialmente en el contexto de las relaciones entre Estados Unidos, India y Rusia. Este paquete, considerado el más severo hasta la fecha, afecta a gigantes como Gazprom Neft y Surgutneftegaz, que ya enfrentaban restricciones en el acceso a financiamiento y tecnología estadounidenses.
Las sanciones se centran en 183 buques, principalmente aquellos de la denominada “flota sombra”, que transportan petróleo ruso. Según estimaciones de Estados Unidos, estos buques son responsables de aproximadamente un tercio de las exportaciones de petróleo de Rusia. La intención de Washington es asfixiar a los productores de petróleo rusos, aunque se anticipa que esta medida podría provocar un aumento en los precios del crudo. A pesar de ello, las autoridades estadounidenses y europeas confían en poder soportar esta situación hasta que los precios se estabilicen y eventualmente disminuyan.
La respuesta de India y su papel en la geopolítica energética
India, uno de los principales compradores de petróleo ruso, ha reaccionado rápidamente a estas sanciones. Un alto funcionario indio, que habló bajo condición de anonimato, comunicó a Bloomberg que las refinerías estatales dejarán de procesar petróleo proveniente de los buques sancionados. Además, se encuentran en negociaciones con proveedores alternativos de Medio Oriente y están considerando otras estrategias para evitar sanciones secundarias por parte de Estados Unidos.
Este escenario plantea interrogantes sobre la gravedad de la situación. Históricamente, los políticos indios han utilizado Bloomberg como un canal para transmitir sus intenciones a socios internacionales. Tras la implementación del tope de precios al petróleo ruso, un funcionario indio había afirmado que, aunque India no se uniría oficialmente a este mecanismo, cumpliría con las restricciones de manera no oficial.
Las sanciones actuales han puesto de manifiesto que las palabras de los funcionarios indios pueden no reflejar la realidad de sus acciones. Los buques de la “flota sombra” han sido sancionados precisamente por transportar petróleo adquirido en violación del tope de precios. India parece enviar un mensaje similar esta vez, intentando tranquilizar a Estados Unidos, al menos hasta que la nueva administración de Donald Trump aclare su postura sobre las sanciones y las relaciones con Rusia.
La capacidad de Nueva Delhi para sortear las sanciones es notable. El concepto de “flota sombra” permite una flexibilidad considerable en cuanto a las banderas, la propiedad de los buques y los operadores. Además, India cuenta con varias refinerías privadas, lo que genera dudas sobre si Estados Unidos realmente se atreverá a sancionar a las empresas estatales indias y a los magnates del petróleo que están estrechamente alineados con el Partido Bharatiya Janata y el primer ministro Narendra Modi.
El principal temor no radica tanto en el posible aumento de los precios del petróleo para los consumidores europeos, sino en la estabilidad de las economías europeas, que no es una prioridad para Estados Unidos. En la percepción de las élites estadounidenses, India sigue siendo el socio más valioso en el sur de Asia, ya que su mera existencia complica la expansión económica y política de China. Por lo tanto, es poco probable que los estadounidenses arriesguen su relación con Nueva Delhi solo para reducir temporalmente los ingresos petroleros de Moscú.
La cuestión real es cuánto tiempo estará India dispuesta a eludir estas sanciones. Tras el estallido del conflicto en Ucrania, Nueva Delhi enfrentó una intensa presión por parte de Estados Unidos y la UE, que instaron al país a alinearse con otras democracias occidentales, condenar a Rusia y cortar toda cooperación con ella. Sin embargo, los diplomáticos indios lograron navegar hábilmente estas presiones, ya que ni estadounidenses ni europeos estaban dispuestos a romper lazos con un socio tan importante.
Esta posición permitió a India asegurar un suministro constante de productos petroleros a bajo costo y un flujo modesto de tecnología e inversiones desde Rusia. No obstante, en tiempos recientes, Nueva Delhi ha comenzado a mostrar su disposición a actuar como un pacificador, lo que podría eventualmente cambiar su postura respecto a las sanciones.
