El último informe de la Iniciativa de Ciudades del Siglo XXI de la Universidad Johns Hopkins ha revelado que la inseguridad alimentaria en el área de Baltimore ha disminuido significativamente en el último año, aunque persisten profundas disparidades raciales en el acceso a alimentos y tiendas de comestibles. En 2024, el 28% de los residentes de la región reportaron haber experimentado inseguridad alimentaria, lo que representa una caída del 7,5% con respecto al año anterior. Este progreso es especialmente notable entre los residentes negros, cuya tasa de inseguridad alimentaria se redujo del 54% al 37% en ese mismo periodo.
A pesar de esta mejora, la brecha entre los residentes blancos y negros sigue siendo preocupante. Solo el 17% de los blancos en Baltimore reportaron inseguridad alimentaria, lo que pone de manifiesto la persistente desigualdad en el acceso a recursos básicos. Además, la tasa de inseguridad alimentaria en Baltimore continúa siendo casi el doble de la media nacional, lo que subraya la necesidad de seguir abordando este problema desde múltiples frentes.
Desigualdades en el acceso a tiendas de comestibles
El estudio también ha puesto de relieve las diferencias raciales en el acceso a tiendas de comestibles. Aproximadamente seis de cada siete residentes blancos en el área de Baltimore afirmaron tener acceso conveniente a estas tiendas, en comparación con solo el 65% de los residentes negros. Esto no solo refleja una desigualdad en el acceso a alimentos, sino que también afecta las oportunidades de salud y desarrollo económico en las comunidades más desfavorecidas.
Michael Bader, director del programa, sugiere que el descenso en la inseguridad alimentaria podría estar relacionado con la desaceleración de la inflación, especialmente en los precios de los alimentos. La encuesta, que incluyó 163 preguntas y casi 1.500 participantes, se desarrolló en colaboración con líderes comunitarios para ofrecer una visión más completa de las percepciones y actitudes de los residentes de Baltimore.
Impacto de la pobreza en la conectividad
El informe también destaca que la pobreza afecta gravemente las conexiones tanto físicas como digitales de los residentes. Más de dos tercios de aquellos que ganan menos de 30.000 dólares al año enfrentan problemas de transporte, y menos de tres de cada cinco tienen acceso a internet de alta velocidad en sus hogares. Esta falta de conectividad complica el acceso a servicios, atención médica y oportunidades laborales, lo que perpetúa el ciclo de pobreza.
En términos de satisfacción vecinal, los residentes de Baltimore City se mostraron más optimistas que los del condado, con un 70% indicando que su calidad de vida en el vecindario ha mejorado. El informe también revela un incremento en la confianza hacia el gobierno local, aunque esta sigue siendo más baja en la ciudad que en el condado. Un 24% de los residentes de Baltimore City confía en que su gobierno local actúa en beneficio del bien común, frente al 33% en el condado.
Finalmente, la percepción sobre la calidad de las escuelas públicas también ha mejorado, especialmente entre los residentes negros de Baltimore City, donde la proporción de quienes califican las escuelas como de «alta calidad» se ha duplicado en el último año, aunque las valoraciones de los residentes blancos apenas han experimentado cambios significativos.
El avance en la confianza hacia las instituciones y la mejora en la percepción de los vecindarios ofrecen una oportunidad para que las autoridades locales desarrollen programas que beneficien a los residentes más vulnerables, contribuyendo así a la reducción de las desigualdades existentes en Baltimore.
