El anuncio de las nominaciones a los Oscar de 2025 ha dejado a muchos sorprendidos, especialmente por la inclusión de Sebastian Stan en la categoría de Mejor Actor, un reconocimiento que llega por primera vez en su carrera. Stan, conocido por sus papeles en Gossip Girl y como Bucky Barnes en el universo de Marvel, ha tenido un año notable en la gran pantalla. Recientemente, ganó un Globo de Oro por su interpretación de un actor con neurofibromatosis en A Different Man.
Sin embargo, su nominación al Oscar es por su papel como Donald Trump en la película The Apprentice. Este filme, dirigido por Ali Abbasi y escrito por Gabriel Sherman, se centra en la vida del expresidente estadounidense y su relación con Roy Cohn, un abogado neoyorquino de mala fama, interpretado por Jeremy Strong. La elección de Stan para interpretar a Trump ha generado un gran debate, dado que este es un momento crítico en la política estadounidense, con Trump aún presente en el escenario político.
A lo largo de la historia de los Oscar, solo siete actores han sido nominados por interpretar a presidentes de EE. UU., pero nunca en un contexto en el que el presidente aún estuviera en funciones. La actuación de Stan, en este sentido, es una de las más arriesgadas y provocadoras en la historia reciente del cine, dado el impacto que Trump ha tenido en la sociedad americana.
The Apprentice se adentra en los aspectos más oscuros de la vida de Trump, incluyendo su relación complicada con su primera esposa, Ivana Trump, y sus problemas personales, como el uso de anfetaminas para perder peso. Abbasi describe la película como «cruda pero equilibrada», un intento de presentar una visión multifacética de un personaje tan controvertido. Stan ha comentado que, al investigar para el papel, encontró una «gran potencialidad» en la juventud de Trump, pero también una «pérdida de empatía y humanidad» que considera trágica.
La controversia no se limita a la interpretación de Stan. Desde su estreno en el Festival de Cannes en mayo de 2024, la película ha enfrentado una feroz oposición legal por parte de Trump y sus asociados, quienes han calificado el filme de «barato» y «difamatorio». A pesar de esto, Stan ha señalado que muchos en la industria del cine han elogiado la película en privado, aunque muchos se sienten reacios a hablar públicamente sobre ella debido a las repercusiones que podría tener en sus carreras.
El hecho de que Stan haya sido nominado a un Oscar en este contexto no solo representa un triunfo personal, sino también una oportunidad para que la Academia de Cine envíe un mensaje sobre la polarización que ha caracterizado la presidencia de Trump. La ceremonia de entrega de premios se llevará a cabo el 2 de marzo, y será interesante observar cómo los votantes de la Academia responden a esta situación tan compleja.
