El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido intensificar las expulsiones de migrantes ilegales del país. Sin embargo, un reciente incidente ha puesto de manifiesto las tensiones entre Estados Unidos y México en el contexto de la política migratoria. Según informaron NBC News y Reuters, México se negó a permitir el aterrizaje de un avión militar estadounidense que transportaba deportados en su territorio.
Tras asumir el cargo el pasado lunes, Trump declaró una emergencia en la frontera sur y se comprometió a aumentar las deportaciones de migrantes ilegales. Se había programado que un avión de transporte militar C-17, con un número no especificado de migrantes a bordo, aterrizara en México, pero finalmente no despegó. En contraste, dos vuelos similares hacia Guatemala, con aproximadamente 80 migrantes en cada uno, se llevaron a cabo según lo previsto.
Un funcionario mexicano confirmó a Reuters que el avión estadounidense no recibió permiso para aterrizar en el país, aunque no se ofrecieron razones específicas para esta negativa. Un funcionario de la Casa Blanca, que prefirió permanecer en el anonimato, aseguró a NBC News que “el tema de los vuelos fue un problema administrativo que se resolvió rápidamente”.
Relaciones entre Estados Unidos y México
El sábado, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, publicó en X que “gracias al presidente Trump: ¡Ayer, México aceptó un récord de 4 vuelos de deportación en un solo día!” A pesar de este anuncio, el Ministerio de Relaciones Exteriores de México no explicó por qué se prohibió el aterrizaje del avión, limitándose a afirmar que “México tiene una muy buena relación con el gobierno de EE. UU. y cooperamos con respeto a nuestra soberanía en una amplia gama de temas, incluida la migración”.
El ministerio también destacó que “en lo que respecta a las repatriaciones, siempre daremos la bienvenida a la llegada de mexicanos a nuestro territorio con los brazos abiertos”. Bajo la orden de Trump, el Pentágono ha enviado 1,500 soldados adicionales para ayudar a los agentes de la frontera sur a monitorear y procesar a los migrantes. Además, la nueva administración ha reactivado el programa ‘Permanecer en México’, que obliga a los solicitantes de asilo no mexicanos a esperar en México mientras se procesan sus casos en EE. UU.
Trump ha declarado a los cárteles de drogas mexicanos como organizaciones terroristas, ha renombrado el Golfo de México como el Golfo de América y ha amenazado con imponer aranceles del 25% a los productos mexicanos a partir del próximo mes. En este contexto, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha enfatizado la necesidad de mantener la calma y la cabeza fría en las relaciones con la administración Trump, subrayando que México debe proteger su soberanía, pero también evitar confrontaciones con EE. UU.
