Avances en la fusión nuclear en la Universidad de Sevilla
El sueño de abastecer de energía a una familia durante casi un siglo utilizando una cantidad de combustible equivalente a un vaso de agua se acerca a la realidad gracias al prototipo de reactor de fusión nuclear Smart, desarrollado por la Universidad de Sevilla. Este innovador dispositivo ha logrado generar plasma, elevar su temperatura a aproximadamente 10 millones de grados y mantenerlo durante el doble del tiempo previsto. Este avance adelanta en dos años las proyecciones iniciales para el desarrollo de esta prometedora tecnología energética.
La fusión nuclear se basa en la liberación de energía a través de la unión de núcleos de átomos ligeros, como el deuterio y el tritio. Con tan solo 2,5 gramos de estos elementos, se puede generar una cantidad de energía equivalente a la combustión de un estadio lleno de carbón. Este proceso tiene el potencial de superar la capacidad de los combustibles fósiles, ya que cada gramo de fusión tiene una capacidad energética diez millones de veces mayor. Sin embargo, alcanzar estas condiciones en un reactor que imite el funcionamiento del Sol implica importantes desafíos técnicos. La Universidad de Sevilla ha dado un paso significativo al conseguir mantener plasma a temperaturas extremas sin comprometer la integridad del dispositivo.
El profesor Manuel García Muñoz, investigador principal del tokamak Smart, ha destacado que este logro marca el inicio de la «fase operativa» del proyecto. El dispositivo ha funcionado mejor de lo esperado, logrando mantener el plasma durante un segundo, un tiempo que, aunque breve, es el doble de lo anticipado. Esta capacidad para contener plasma y resistir el estrés térmico es crucial para el avance de la fusión nuclear. La próxima etapa en el desarrollo del reactor consistirá en aumentar progresivamente la temperatura hasta alcanzar entre 100 y 200 millones de grados, que son necesarios para lograr la fusión efectiva. Además, la investigación se centra en la implementación de superconductores de alta temperatura, lo que podría permitir reactores de fusión más compactos, eficientes y accesibles, facilitando así la democratización de esta tecnología.