La utilización de la inteligencia artificial (IA) en la industria del cine ha suscitado un intenso debate, especialmente tras la confirmación de su uso en películas nominadas al Oscar como The Brutalist y Emilia Pérez. Estos filmes han sido objeto de controversia después de que se revelara que la IA fue empleada para mejorar las actuaciones de los actores principales. En The Brutalist, el editor Dávid Jancsó explicó que utilizó tecnología de IA para perfeccionar el diálogo en húngaro de los protagonistas Adrien Brody y Felicity Jones. Por su parte, el mezclador de sonido Cyril Holtz, de Emilia Pérez, afirmó en el Festival de Cannes que mejoró la actuación vocal de la actriz principal, Karla Sofía Gascón, mediante IA.
El director de The Brutalist, Brady Corbet, defendió el uso de esta tecnología, asegurando que las actuaciones de Adrien y Felicity son completamente auténticas. Corbet explicó que la tecnología Respeecher se utilizó exclusivamente para editar diálogos en húngaro, sin realizar cambios en el idioma inglés. Aclaró que este proceso fue manual y realizado con el objetivo de preservar la autenticidad de las actuaciones de los actores en otro idioma, respetando siempre el arte de la interpretación.
El uso de IA en la industria del cine ha generado un clima de tensión en Hollywood, que se intensificó en 2023 cuando la Writers Guild of America (WGA) y SAG-AFTRA llevaron a cabo huelgas simultáneas por primera vez desde 1960. Un aspecto crucial de estas huelgas fue el temor a que la IA pudiera ser utilizada para socavar las condiciones laborales y salariales de guionistas y actores. Las propuestas presentadas por los sindicatos buscaban proteger a sus miembros de la posible sustitución por IA. Aunque las negociaciones iniciales con los estudios fueron difíciles, al final de las huelgas se alcanzaron acuerdos que regulan el uso de la IA en producciones cinematográficas.
Desde la perspectiva de la WGA, el problema radica en cómo la IA utiliza material protegido por derechos de autor en sus modelos de aprendizaje automático. Erica Knox, analista de investigación y políticas de la WGA, destacó que esta práctica se considera un robo masivo del trabajo de los guionistas, ya que compromete la creatividad humana, un elemento clave en todos los proyectos de cine y televisión. Esta preocupación fue compartida por los directores Scott Beck y Bryan Woods, quienes en su película Heretic incluyeron en los créditos una línea que afirmaba: “No se utilizó IA generativa en la realización de esta película”. Woods describió la IA como un algoritmo que mezcla y reconfigura contenido, restando valor a la creatividad humana.
Por otro lado, algunos estudios ven en la IA una herramienta que podría complementar el trabajo creativo en lugar de reemplazarlo. Scott Mann, director de Fall y cofundador de Flawless AI, argumenta que la tecnología puede mejorar la calidad de las producciones, especialmente en el proceso de doblaje, donde busca evitar que las actuaciones se vean comprometidas por un mal trabajo de sincronización. Mann ha desarrollado herramientas como TrueSync y DeepEditor, que permiten realizar ajustes en las actuaciones y mejorar la edición de las películas. Su enfoque es que la IA no debe sustituir la creatividad, sino facilitarla y democratizar el acceso a la producción cinematográfica.
A pesar de las ventajas que algunos defensores de la IA destacan, las preocupaciones sobre su impacto en la creatividad y el trabajo de los artistas persisten. Las herramientas desarrolladas por empresas como Flawless están diseñadas para proteger los derechos de los actores, asegurando que su rendimiento no se utilice sin su consentimiento en otros proyectos. Este enfoque busca equilibrar el uso de IA con el respeto a los derechos de los artistas y la preservación de la creatividad en el cine.
Sin duda, la inclusión de la inteligencia artificial en el cine contemporáneo no está exenta de polémica. Películas como The Brutalist y Emilia Pérez han puesto de relieve las tensiones que surgen entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos creativos, un debate que seguirá evolucionando a medida que la tecnología avance.